Recordando a... Alicia de Larrocha
En el post anterior de esta serie, del día diecinueve de este mes de febrero, hice una remembranza de Rafael Orozco. Hoy traigo a colación a otra pianista que me ha inspirado en mi carrera, que, junto con el anterior, dio uno de esos conciertos que podemos calificar de "mágicos" en la vida de una persona y que le influyen en sus pasos ulteriormente.Se trata de la gran Alicia de Larrocha, la grande. Y remarco esto, a pesar de su baja estatura o sus manos pequeñas que no le dejaban tocar décimas en el final de la propina, que luego contaré... Pero ni falta que le hacía :)
Sucedió también, como en el de la Iberia de Orozco, en el recientemente re-estrenado Teatro Falla de Cádiz. Era una época pujante, podíamos escuchar buenísimos conciertos a precios irrisorios, tiempos que deben volver sí o sí... En el mismo ciclo actuaban los Belgian Brass Trio, Música Antiqua Köln o una de las sopranos amigas de Alicia, Victoria de los Ángeles. Ni que decir tiene que conservo como oro en paño los autógrafos que me dedicaron la una y la otra :)
Me vino muy bien ir al concierto: primero tocó las Variaciones en Fa menor de Haydn, que por entonces estaba estudiando, después la Gran Sonata op. 28 de Beethoven, en re Mayor, que por entonces estaba estudiando :) (de hecho fue una de las obras con las que luego me presenté a oposiones y gané).
En la segunda parte tocó Los Requiebros, Coloquio en la reja, El fandango de Candil y Quejas, o la maja y el ruiseñor, de la suite Goyescas del romántico Granados (que por entonces estaba estudiando;) -como veis, pude seguir el recital "con conocimiento de causa" :) y terminó con "El Pelele" del mismo compositor (quizá fuera este el acicate subconsciente para que no mucho después me decidiera a hacer la primera transcripción, y creo que única hasta la fecha, de la improvisación que el propio compositor hizo de El Pelele :) De esas quejas recuerdo que las interpretó como quería Granados: "deben ser dichas con celos de mujer y no con tristeza de viuda" :)
Su manera de tocar: la conocéis todos ya. Su vigor, su delicadeza, su fino rubato... Su característica y peculiar acentuación de las notas en grupos de frases cortas acabadas en staccati... En definitiva, su estilo, su estilazo, que puede hacer que alguien vaya viajando con su coche, ponga la radio al azar y al sonar sus interpretaciones reconozca su manera de tocar, frente a las de otros miles de pianistas actuales!
Tengo anotado en el programa dos cosas más: las propinas, bises u obras fuera de programa que interpretó aquel día: eran la Farruca de Falla (o Danza del Molinero de El Sombrero de Tres Picos, la anoté en su formato reducido porque estaba un poco a oscuras en el patio de butacas). Estaba Alicia en Cádiz, la cita a su compositar natal era obligada. Después tocó, como sólo ella e Iturbi sabían hacerlo, la Andaluza de Granados (la núm. 5 de la colección de Danzas Españolas, conocida erróneamente como "playera" en vez de más propiamente como "plañidera", pues es un lamento muy gitano, muy flamenco). Y hubo un tercer bis: la Danza del Fuego, otra vez volvió a Manuel de Falla, aquella obra-sortilegio, "para ahuyentar malos espíritus", como reza en algunas partituras... Y bien limpito que quedó el ambiente de fantasmas, pues su manera de tocar siempre fue "clara" :)
Hay un diez en número en amarillo bien grande y remarcado con un círculo, escrito por mí... Da una idea de cómo tocaba Alicia! El amarillo sería un rotulador que llevaba entonces para subrayar lo importante y también creo que ahora bien simbolizar el color del oro, el color del sonido de esa artista memorable.
En el final, en la ígnea danza, en la mano izquierda, en sus últimos compases, en vez de hacer acordes de 8a, como viene en la reducción de la partitura o décima (más consonante, dentro del acorde de Mi Mayor), hizó 9as! Un arreglo suyo particular que añade algo de fuerza, yo diría que fuego, sorpresa, estridencia al final, como le corresponde (mi si fa sostenido en su mano izquierda)... Detalles y licencias de genio pianístico. No creo que Falla se molestara (de hecho no se manifestó:) porque Rubinstein (amigo de Larrocha) hacía arreglos también al final de esta obra (aunque me consta que los de Arthur no eran tanto de su agrado:)
Ah, por cierto, hacía los trinos con los bajos en la izquierda, quizá se lo enseñara Iturbi. (Pocos pianistas lo hacen! Ya comenté en otro post que pude transcribir este arreglo para hacer más completa la textura, arreglo que sólo enseño a mis alumnos/as en las clases de piano;)
Brava, Alicia! Estás en nuestros corazones y sigues inspirándonos, desde tus grabaciones y desde el sonido recordado!