Aprovecho este día para volver un poco a los orígenes de SECOT y las ideas de sus fundadores.
Cuando entré en SECOT, hace 16 años, Joaquín quería que me ocupara de temas de organización y procedimientos de funcionamiento en SECOT Bilbao y me entregó una carpeta con varios documentos. Uno de estos documentos, datado Febrero de 1992 lleva el título "INSTRUCCIÓN DEL CONSULTOR - SENIOR". Tiene 11 páginas en las que se define lo que se entiende por el "Consultor-Senior", de cómo se aceptan solicitudes, los aspectos económicos, las formas de cumplir los encargos, y la redacción de los documentos.
Es bueno recordar algunos pasajes que nos pueden servir hoy, porque, a pesar de los progresos tecnológicos, no cambian la esencia, los objetivos y las finalidades de SECOT.
Define al Senior como "Una persona que en su vida profesional ha dedicado mucho tiempo a determinados temas. Si cree tener ideas claras sobre ellos y se encuentra con la vida económicamente resuelta, cabe pensar que en cierta manera se debe a la sociedad en lo que puedan otros beneficiarse de sus conocimientos y experiencia: para ello se ofrece como consultor a quienes pueda ser útil para aclarar conceptos, o porque necesiten resolver problemas, pedir consejo, etc., en aquellos campos de su saber."
Lo hace de forma gratuita pero "No quiere que esta gratuidad pueda quitar clientela a las empresas o personas dedicadas a servicios profesionales remunerados, y, para ello, no admitirá encargos de quien pudiera pagar los honorarios normales que se cobran en estos servicios."
El Senior actuará "según sus posibilidades".
Un Senior puede tener limitaciones personales, de salud, familiares u otras. "Si por su edad o salud solo puede ofrecer funciones de consultor no activo, sus intervenciones serán (quizás las más valiosas), dar ideas, sugerir formas y enfoques; prever incidencias y peligros, aconsejar lo que hay que hacer y, sobre todo, lo que no hay que hacer, orientar y aportar fuentes de datos, etc.. Pero si conserva suficiente capacidad física, podrá también atender encargos que exijan actividades normales, trabajando en su casa, o en oficinas del peticionario y hasta 'in situ', junto al objeto de los estudios y trabajos."
Su participación en SECOT no debe ser exclusiva: "El Senior cuando solicita ser miembro de SECOT puede tener clientes (esporádicos o fijos) que no tengan nada que ver con SECOT; también puede tener puestos de consejero permanente en empresas u organismos." "Conviene que el Senior declare a priori, su posición respecto a estos clientes o empresas pero en todo caso, debe hacerlo si es solicitado por su Antena (nota: antiguo nombre de Delegación) para atender algún encargo que directamente o indirectamente tuviera relación con el ámbito de aquellos compromisos."
El Senior no debe aceptar necesariamente cualquier encargo cuando se le propone ocuparse de atender a un peticionario. "Si de una petición no se puede deducir el volumen de trabajo y viajes, la Antena debe preguntar (y repetir preguntas) hasta que pueda hacer una estimación de lo que el trabajo va a exigirle. Entonces, y no antes, decidirá si se compromete o no, a ocuparse de aquel tema: no es preciso que justifique su decisión cuando no quiera comprometerse". Pero una vez que lo ha aceptado, se compromete: "Con todas estas posibles renuncias parciales o totales, lo que acepte (todo o parte) debe ser asumido con la responsabilidad del que sale voluntario para llevarlo a término." Una vez aceptado el trabajo el Senior "debe trabajar con la misma responsabilidad con la que trabajan los consultores que cobran honorarios por cumplir los encargos que les hacen."
Otro documento es una ponencia del Senior José Ferrer-Bonsoms (qepd), que fue miembro de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, presentada el 12 de mayo de 1992 en la Fundación Caja de Madrid. El título: "Las Específicas Aportaciones de los Asesores Seniors a la Sociedad".
Dice:
"El Senior no es un investigador de la ciencia empresarial, sino una persona, que junto con otras, ha intentado llevar a la práctica realizaciones en el campo socioeconómico."
"El Senior sabe, por experiencia, que la realidad tiene muchos matices, que la situación no es definible por eslóganes, y que las opiniones ajenas son, muchas veces, más acertadas que las propias."
"El Senior no da instrucciones, ni soluciona papeletas. Pone sus conocimientos, sin reserva alguna, a disposición del responsable de la empresa y no ejerce la más mínima coacción para que le haga caso."
"El Senior no se enfada ni molesta si el empresario asesorado comete errores que, quizás, podían haberse evitado. Su papel no es de 'jefe', sino de ayudante que sugiere puntos de vista que señalan posibles consecuencias de las decisiones, que intenta vislumbrar enfoques originales, etc., pero en ningún caso ni bajo ningún concepto nada para que prevalezca su opinión."
"El Senior mantiene la distancia precisa para que sus opiniones, enfoques, puntos de vista, etc., sean recibidas, no como una información, sino como afán de enriquecer la capacidad de gestión del empresario. Se trata de la tan difícil transmisión de conocimientos, experiencias y actitudes entre generaciones. Si el Senior despierta en el empresario asesorado el afán de aprender (nada conoce del todo bien) y que haga suyo el trivial axioma de que conviene decidir antes 'qué' hacer y después 'cómo' hacerlo, la colaboración asesora irá encaminada efectivamente a la consecución de los fines de la empresa que, en virtud de esta reflexión, estarán cada vez más definidos."
"El Senior sabe, por la experiencia de sus años de trabajo activo, que las motivaciones en el trabajo son la clave del éxito empresarial (después, lógicamente, de haber definido los objetivos empresariales a alcanzar). Por esto, el asesoramiento del Senior no es puramente técnico, sino básicamente motivacional. El empresario asesorado debe reflexionar frecuentemente acerca de 'sus' motivaciones y corregir la inclinación a lo más fácil, a lo más brillante a corto plazo, al protagonismo personal en lugar del protagonismo de la empresa."
"El Senior puede aportar, en resumen, serenidad en el enfoque de las situaciones, reflexión en la consideración de las alternativas de decisión, exigencia técnica en el trabajo, realismo financiero y económico, esfuerzo y técnica para programar el futuro, capacidad de análisis de los datos del mercado, capacidad de síntesis, control de gestión, anticipación a los acontecimientos, etc., etc., y todo esto, no solo por los conocimientos y experiencias adquiridos en su vida activa, sino también, principalmente, porque su deseo, que coincide con su misión, es que la empresa asesorada triunfe y, con ello, mejore el tejido social."
Y todo esto es lo que también da satisfacción y felicidad al Senior.