Revista Cultura y Ocio

Recordando Barcelona 92

Publicado el 21 septiembre 2016 por Instants Barna @instantsbarna

En octubre de 1986 Barcelona fue elegida como sede de los Juegos Olímpicos de 1992. La ciudad se volcó durante los 6 años que faltaban para que llegara el acontecimiento y la ciudad se transformó de tal forma, que volvió a dar la cara al mar.

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Entre el 25 de julio y el 9 de agosto de 1992 fueron las fechas de los Juegos. Participaron más de 9000 de 169 países, compitiendo en 28 deportes y más de 250 especialidades. La mayor parte de los eventos deportivos se disputaron en instalaciones de Barcelona ciudad y su provincia aunque también se realizaron pruebas en LLeida, Girona, Zaragoza y Valencia.

Estadi Olímpic de Montjuïc

Se decidió conservar la fachada del antiguo estadio construido en 1929 como una muestra de la vocación olímpica de la ciudad que había intentado ser sede de los Juegos Olímpicos en dos ocasiones anteriores, la de 1924 y la de 1936, sin éxito alguno. Con esto se decidió realizar una modificación en el proyecto, ya que se rebajó la pista para acoger más público y tener un aspecto más moderno.

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La fachada del estadio, diseñada por Pere Domenech i Roura se convirtió en un ejemplo de la arquitectura noucentista, aunque no fue una de las obras más destacadas del momento. La marquesina metálica que sobresale por detrás de la fachada es una muestra de las dificultades técnicas que implicó la decisión de conservar la antigua fachada. El resultado final fue superior a la que los organizadores habían imaginado.

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Durante el transcurso de los Juegos, se realizaron las ceremónias de apertura y de clausura y las pruebas de atlétismo. Posteriormente, el estadio es utilizado para eventos puntuales, como la Festa dels Supers (Club Super 3) y conciertos de artistas de gran magnitud como Madonna, Michael Jackson, U2 ó Jean Michel Jarre.

Palau Sant Jordi

El proyecto de Arata Isozaki, inaugurado el 21 de septiembre de 1990, aprovecha la pendiente que tiene el terreno para construir gran parte de las gradas y la pista polideportiva en la parte inferior del recinto. Desde el exterior la bóveda del Palau se destaca por su gran volumen y por los detalles de las líneas cuadradas y la cubierta con ondulaciones, acabando con un pico bastante voluminoso también con detalles circulares en la parte superior. Un recinto realmente moderno y casi futurista.

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En este pabellón, se han realizado deportes polideportivos pero también se han realizado pruebas de natación, y hasta se ha montado pista de ski. También es uno de los destinos para realizar conciertos.

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Canvi

Esta obra que podemos encontrar entre el Palau Sant Jordi y la Torre de Telecomunicaciones, es de la escultora japonesa Aiko Miyawaki, y recibe el nombre de Usurohi, que traducido significa Cambio. Se compone de 36 columnas metálicas de las que salen unos hilos de acero inoxidable y que acaban en cualquiera de las otras columnas, uniéndose de esta manera unas con otras. La obra completa acaba formando como una especie de bosque de árboles metálicos. Ha pasado ya a ser uno de los símbolos de la ciudad, además en 1991 obtuvo el premio de la Associació Catalana de Crítics d’Art.

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Torre de telecomunicaciones

Esta obra de Santiago Calatrava, no estaba previsto en el plan inicial. La silueta escultórica pintada de un blanco intenso se adapta a la modernidad de la zona. Está considerada como un elemento urbano, eso si, con 120 metros de altura. A simple vista, no se percibe como una torre de comunicaciones ya que esconde los típicos paneles semiesféricos de las antenas para satélite y por su singular forma particular del propio artista.

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Lo más destacable es el mástil que recuerda a la inclinación del eje de la Tierra, y esto hace que pueda funcionar como una reloj de sol cuando la luz solar incide sobre la zona. Esta rodeada de una anilla que recoge la mayor parte de los elementos técnicos. La base reforzada funciona como contrapeso ya que todo el conjunto se ancla sobre el pavimento. Esta obra es visible desde la montaña de Montjuïc y desde distintas zonas de la ciudad. Además con su blanco tan brillante, hace que todavía se destaque más en el paisaje.

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