50 años desde que BMW presentó por primera vez un auto eléctrico en los Juegos Olímpicos de 1972. Con el BMW 1602 nació la gama "i" de la compañía bávara.
El BMW 1602 fue pintado de naranja y llevó el nombre de Elektro-antrieb, que en castellano significa "accionamiento eléctrico". BMW e adelantaba así a la gran crisis del petróleo sucedida en 1973. Cuarenta años después, la empresa alemana consiguió materializarlo con el BMW i3.
Este modelo de cero estaba construido con una docena de baterías de plomo-ácido estándar de 12 voltios desarrolladas por Varta que pesaban unos 350 kg. Con respecto al motor eléctrico, poseía una potencia de 32 kW (43 CV) e iba instalado al lado del conjunto de baterías. El motor, al igual que en los modelos de combustión, accionaba el árbol de transmisión que generaba el movimiento de las ruedas traseras. Y ya contaba con el sistema de frenada regenerativa, dado que el motor funcionaba además como generador para devolver parte de la energía producida por las baterías.