Se publicaba ayer un estudio elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas que, analizando el último informe PISA, considera que Canarias y Andalucía están a la cola de la educación en España. Y dice que en las comunidades en las que viven del turismo, la hostelería o la construcción se obtienen peores resultados, independientemente del nivel de renta. Por contra, en las zonas especializadas en industria o servicios de alta cualificación, los alumnos sacan mejores notas. Y eso ocurre en Andalucía, ya sea en las zonas de campo, donde los jóvenes están acostumbrados a ver cómo viven sus mayores y entienden que no son necesarios estudios para obtener ingresos; o en las zonas turísticas, donde gracias a la hostelería y a la construcción (en su momento), muchos jóvenes pueden conseguir importantes ingresos, lo que les hace abandonar los estudios. No sé, pero no me extraña, la persona que tenga la ocasión de relacionarse con jóvenes percibe que su nivel intelectual, sus conocimientos básicos, dejan mucho que desear. No sé de qué sirve tanto centro educativo, España tiene más universidades públicas que provincias, y Andalucía cuenta con diez universidades públicas, que se dice pronto. En este País todo el mundo ha querido tener su gran hospital, su aeropuerto, caja de ahorros, su televisión pública y su universidad, y así nos ha ido. Por mucho que la Junta de Andalucía se empeñe en decir que Andalucía es Imparable, me temo que no, creo que no somos imparables, nos queda mucho por hacer, mucho que trabajar y formarnos. En nuestra tierra falta cultura del esfuerzo, si los jóvenes ven que es posible ganar dinero sin estudiar optarán por este camino, pero también se ha de revisar el sistema educativo, pues creo que está fallando, que no es atractivo para muchos jóvenes y que no se preocupa en enseñar, sólo en el aprobado para que quede bien en la estadística.
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