Los 65 kilómetros de recorrido, desde Bingen hasta Coblenza y en ambas laderas del Rin, están salpicados de fortalezas, castillos y encantadores pueblecitos de calles empedradas.
La UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 2002 bajo el nombre de “Valle del curso medio del Alto Rin”.
Cuando uno decide efectuar la ruta romántica de los castillos del Rin le asalta una primera duda, y esa no es otra que ¿cómo hacerlo? ¿A través de un crucero fluvial organizado, en tren, en coche, en barco o combinando varias de estas opciones? También cabría la opción de preguntarse ¿desde dónde lo comienzo?
Cada viajero es un mundo y dar respuesta a lo anterior no cabe duda que dependerá de las circunstancias de tu viaje, fundamentalmente la duración y los gustos. Nosotros, dado que estábamos ubicados en Colonia, hicimos un recorrido combinado y es así que nos dirigimos directamente a Bingen, el punto de inicio más interesante para iniciar el recorrido por el Rin romántico.
¿Cómo llegar a Bingen?
Lo más sencillo es utilizar el excelente servicio que nos ofrece la red de trenes regionales de Alemania. Además, indagando en su página web (enlace) podrás encontrar interesantes ofertas que te abaraten mucho el precio (ya sabemos que el tren en Alemania es muy bueno pero también algo caro). Al ser coincidente con nuestra estancia elegimos la “tarifa buen fin de semana”. Es esta válida hasta para 5 personas (lo cual es un verdadero chollo) aún cuando nosotros éramos solo dos.
Aprovechamos, dado que el billete te permite efectuar paradas y cuantos trayectos quieras en todo el fin de semana, para desde Colonia hacer una parada para visitar Coblenza. Interesante ciudad de la que nos ocuparemos en otro artículo.
De nuevo en el tren nuestro destino era Bingen. Si debes de tener en cuenta que hay dos estaciones de tren: la más próxima a la estación fluvial es Bingen (Rhein) Stadt, y que nosotros te recomendamos.
Un relajado paseo para conocer Bingen.
Bingen am Rhein está situada a orillas del Rin, en plena ruta romántica de los Castillos del Rin, y concretamente en la confluencia de dos ríos, el afluente Nahe que cruza la ciudad, y el caudaloso Rin. No es tal vez la ciudad más turística de la ruta pero si te detienes unas horas paseando, y comenzando por la gran explanada (estilo paseo marítimo) junto al Rin, descubres su verdadero atractivo.
Torre del Ratón. Bingen
Ya
que estamos en la explanada, donde después te recomendaremos donde comer,
podemos observar que en una isleta en el centro del río se levanta una torre
llamada Mäuseturm (Torre del Ratón).
No faltan leyendas y testimonios históricos relativos a la torre. Los romanos
ya habían construido en la isla una pequeña fortaleza pero durante el periodo
de dominación de los francos se deterioró poco a poco.
Mapa de Bingen
Cuando en el año 968, Hatto II el arzobispo de Mainz, se hace el hombre fuerte de la ciudad, ésta vuelve a su antiguo esplendor, pero el pueblo debe pagar costosos impuestos que da fruto en su impopularidad. Por ello se cuenta que fue condenado a morir devorado por los ratones en la torre. En 1298 la torre fue integrada al sistema de peaje del castillo d'Erenfels, luego las tropas francesas lo destruyeron en 1689. Más adelante los prusianos edificaron sobre la isla, ya en el siglo XIX, una torre que serviría de estación-semáforo para la navegación fluvial que hoy podemos visitar.La visita imprescindible en Bingen es subir al magnífico Castillo Klopp (Burgen Klopp) que domina la ciudad. El monte Klopp era el lugar ideal donde originalmente se hallaba la pequeña villa de Bingium, dentro de una gran fortaleza que cubría el monte Klopp.
A mediados del siglo XIX un rico comerciante, Ludwig Cron, reconstruye el edificio ya existente del castillo que sufrió grandes daños en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Hoy es el verdadero emblema de la ciudad. Llegar a él no tiene pérdida, no ya solo por las indicaciones sino que, ¡no te preocupes!, es todo hacia arriba. En uno de los laterales, y a pesar de la climatología, destaca su jardín. Desde allí tenemos unas preciosas vistas del majestuoso Rin engordado por su afluente, es por eso que es aprovechado por las parejas de recién casados para realizar su sesión fotográfica y celebrarlo en lo que también es su restaurante.
En la confluencia del Nahe con el Rin se encuentra uno de los más antiguos puentes de Alemania: el puente Drusus. Construido en piedra tiene una característica muy peculiar. En su interior, exactamente en el pilar situado al Este, se construyó una pequeña capilla de estilo románico cuya finalidad era poner el puente bajo la protección de la Iglesia debido a las sucesivas destrucciones de los Normandos, como también lo fue por la armada francesa y con ocasión de la II Guerra Mundial. Sin embargo hoy es parte integrante de la imagen de la ciudad.
Una vez que descendemos de nuestra visita al Castillo de Klopp, se nos ofrece la calle principal de Bingen: la Basilikastrasse, totalmente peatonal, llena de comercios así como de curiosas y típicas fachadas.
Callejeando plácidamente nuestra próxima visita es a la Basílica de San Martín. Bien es sabido que la mayor parte de los monumentos en Alemania que hoy podemos ver son reconstrucciones sobre su original emplazamiento. Este monumento, cuyo título de Basílica Papal fue dado por el papa Pío XI, fue en su origen un templo romano. Es obvio que, con el paso del tiempo, ha cambiado radicalmente de estilo arquitectónico.
Basílica de San Martin- Bingen
Este personaje histórico (1.098-1.179), que Bingen reivindica con orgullo, fue una extraordinaria mujer en su tiempo. Su dedicación como médica, abadesa, compositora, profetisa, escritora y teóloga le conllevó fama allende fronteras.
Todos los años, en Bingen, se celebra el Otoño Hildegard; un gran festival cultural con multitud de conciertos, exposiciones y teatro que acoge a multitud de turistas.
Frente al punto de embarque para el crucero, en la explanada, hay varios restaurantes recomendados por la oficina de turismo, todos con unas excelentes vistas sobre el río. Nuestro elegido fue el Zollamt con una buena relación calidad-precio.
Su terraza tiene unas vistas estupendas de Rüdesheim, localidad situada a la otra orilla del Rin, y que puedes visitar tomando el transbordador. El recorrido en crucero fluvial.
Efectuar la ruta del curso medio del Alto Rin por medio de un crucero fluvial es recomendable sobre todo en primavera o verano. Puedes hacerlo de forma total o parcial ya que muchos de los pueblecitos por los que discurre, a ambas orillas, son a su vez puntos de atraque.
Rüdesheim, Bingen, Assmanns-Hausen, Lorch, Bacharach, Kaub, la preciosa Oberwesel, St. Goar, Boppard, y Braubach son encantadoras poblaciones, cada una con su peculiaridad, que lucen sus castillos y viñedos a lo largo de esta fantástica ruta. En próximos artículos iremos desgranando la belleza de este recorrido, que puedes alargar hasta Colonia (incluso más allá) o, como fue en nuestro caso, hasta la elegante Coblenza, allá donde el Mosela y el Rin se unen. Las vistas de este recorrido, en el que puedes bajar y subir cuantas veces quieras, a buen seguro que no te dejarán indiferente.
Recomendaciones:
Tren: -DB Bahn ticket online. La web en español lo explica perfectamente. Tener en cuenta que en estaciones de localidades pequeñas no hay taquillas con personal por lo tanto se debe solicitar horario completo de los trenes regionales en la estación central de Colonia o Coblenza. Otra recomendación importante es que se debe tener especial cuidado ya que a menudo hay cambios de vías a última hora, e incluso puede haber dos trenes con distintas direcciones en la misma vía.
Barco - La compañía KD ofrece muchas posibilidades de circuitos, algunos de ellos combinados con el tren, además de recorridos cortos entre ciudades. Hay descuentos para jóvenes y mayores de 60 años y solo hay que indicarlo en taquilla.
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