En la anterior entrada propuse un recorrido por Budapest para disfrutar de esta maravillosa ciudad, pasando por sus rincones más emblemáticos y otros que no lo son tanto pero bien merecen la pena una visita. Además me sirvió para poner un poco de orden tras muchas entradas sobre qué ver o visitar en la capital húngara. Hoy propongo varios planes para Budapest, con el mismo doble objetivo. Bien como apresurado turista, o como residente foráneo con más tiempo y calma, ahí van unas ideas:
Qué mejor que comenzar el día con un buen desayuno: uno de los mejores sitios es la calle Pozsonyi út y sus famosos brunch, pero tampoco es mala idea empezar la jornada visitando una de las más famosas cafeterías de Budapest. Otra opción es el café Alexandra en plena avenida Andrássy. O un café rodeado de gatos, para los amantes de estos simpáticos animales. O otra cerca del Castillo de Buda con un café de gran calidad.
Otras interesantes actividades son visitar el museo del terror sobre el fascismo y el comunismo, el hospital bajo el castillo de Buda o las estatuas de la época comunista que ahora descansan en un parque a las afueras de Budapest.
Para el almuerzo, varios restaurantes de Budapest, otros cuantos más, y otros cuantos más (estos con sabor de casa), también sirve ya de paso para la cena.
¿La comida no fue suficiente? Lugares muy dulces para merendar, como la tienda de donuts, de pasteles o Sugar shop, para rememorar nuestra infancia o para que los más pequeños sigan con la suya. ¿Y qué mejor a media tarde que un curioso helado con forma de flor?
¿Cansados de andar por la ciudad? ¿Y qué tal sumergirnos en algunos de los balnearios más placenteros de Budapest? Aquí los más famosos y espectaculares, pero también aquí otros menos conocidos pero igual de buenos.
¿Ya se hizo de noche? Tomar una cerveza o una copa en un bar de ruinas es una gran idea. Y si nos quedamos por la zona podemos alargar la noche hasta que el sol nos queme en la cara.
Por la mañana siguiente, si hace buen tiempo, un paseo por Római Part, la tradicional costa norte del Danubio, o por Kopaszi gát, la más moderna parte sur, nos permiten evadirnos sin salir de la ciudad.
Podemos disfrutar de un tren gestionado por niños, o de las impresionantes vistas desde los montes de Buda y su cima más alta. Ya en la ciudad, podemos disfrutar desde las alturas también montando en su noria o subiendo su basílica. Y pasear o tumbarnos en su gran pulmón central, la isla Margarita.
Otros planes: pasear por el gran cementerio Kerepesi contemplando los enormes mausoleos de algunos húngaros más importantes de la historia o Wekerle telep, un barrio que nos sumerge parcialmente en la mismísima Transilvania sin salir de Budapest.
Algunos de mis rincones favoritos: la plaza del barrio Óbuda o la empinada calle Gül Baba cierran mi lista de sugerencias.