La bandera del Reino Unido flameaba en lo alto de un mastil del puerto de Dover. Estaba en la cubierta del “Orgullo de Canterbury”, cruzando el Canal de la Mancha desde la ciudad francesa de Calais.
Saqué el pasaporte de mi bolsillo, tratando de evitar que el viento me lo vuele al agua, para chequear de nuevo si todo esto no era producto de mi imaginación. Efectivamente, la Odisea estaba llegando a su segundo país y los sellos de salida de Francia y de entrada a Inglaterra estaban ahí.
De repente me asusté. ¡Se habían equivocado en las fechas! ¡Esto podía ser un gran problema cuando vuelva! Cómo conté en el post anterior, los temas administrativos de migraciones en Europa son complicados, y cualquier error como este puede traer problemas después.
Desesperado miré que hora era. Al ver que eran unos minutos después de las 12 de la noche, me reí solo. Los de migraciones no se habían equivocado. Ya que en Inglaterra era una hora menos que en Francia, ¡estaba llegando un día antes del día que había salido!
Ya más tranquilo, volví a mirar hacia mi nuevo destino. Unas horas después, estaba caminando por Londres.
Londres
Mi opinión de Londres fue en crescendo durante los 5 días que estuve ahí. Venía de impactarme mucho por Paris (quizás haber ido allá antes no fue lo mejor) y al principio esta ciudad no me gustó demasiado.
Hasta el último día, no recuerdo haber visto el cielo londinense. Cuando tuve mucha suerte, solo estaba horrible y nublado. Cuando no, llovía constantemente. Sé que la ciudad es famosa por su mal clima, y al parecer tener días de sol es una suerte que les toca a unos pocos. El Támesis, que es el río que atraviesa la ciudad, se muestra siempre de un color grisáceo y apagado, como si ya se hubiera resignado a luchar contra el reflejo del oscuro cielo.
Pero de a poco fui dandome cuenta que Londres es una ciudad totalmente multifacética, donde cada barrio es muy distinto en arquitectura y atmósfera a los demás, y que no se puede opinar de la ciudad sólo recorriendo su centro turístico.
Por lo tanto, les cuento un poco los distintos Londres con los que me fui encontrando:
- El Londres pintoresco.
Londres pintoresco
Los clásicos taxis negros, los colectivos rojos de doble piso y los famosos teléfonos crean un ambiente simpático y agradable, que resaltan e integran los diferentes estilos de cada barrio. La zona del Big Ben, las Casas del Parlamento y la Abadía de Westminster es el típico lugar donde los turistas se sacan fotos utilizando estos elementos, como por ejemplo la clásica hablando por teléfono dentro de la cabina.
- El Londres comercial.
Londres comercial
Sectores como Covent Garden o Camden Town son fantásticos para recorrer y perderse entre sus mercados y callecitas con negocios. En la puerta de estos mercados, o en las plazas más concurridas como Piccadilly Circus, artistas reúnen una gran cantidad de público para ofrecer shows de música, magia o mímica a la gorra.
Algo que no mencioné sobre Paris pero que también vi en Londres, es la cantidad de tiendas y negocios especializados que hay, a diferencia de por ejemplo, Buenos Aires. Hay tiendas para todos los gustos, desde ropa y joyería de famosas marcas, hasta algunas que personalmente me atraparon más como las de outdoor o las librerías.
No quisiera juzgarnos a los argentinos por nuestras librerías, pero las vidrieras de las europeas tienen títulos que dan ganas de leerlos todos, mientras que hasta las mejores librerías argentas, suelen tener como primeros rankeados los de Luis Majul, Maru Botana o Casi Angeles. Acá también hay libros de ese estilo, pero al menos no parecen los preferidos de la gente y los encontras más escondidos, en cualquier estantería dentro del lugar.
De todos modos, hay muchas especializadas, así que quien quiera sobre cocina, política, turismo o historia, tiene un lugar seguro donde perderse por horas.
- El Londres arquitectónico.
Londres arquitectónico
Casi todos los barrios céntricos suelen caracterizarse por construcciones similares y de estilo clásico, lo que al principio no me gustó demasiado, sobre todo viniendo de Paris donde las calles y avenidas presentan la más variada cantidad de fantásticos diseños para las casas, edificios y palacios. Sin embargo, alejándose un poco hacia las afueras, cada barrio se distingue por un estilo particular, pasando desde mansiones en verdes colinas a modernas oficinas o barrios coloridos.
- El Londres real.
Londres real
Esto será cuestión de gustos y hay a quienes la idea de una monarquía les parece simpática. Claramente a mi, no. Es que acá se tiene tal veneración por la reina que ya disgusta. La imagen de Isabel II está en todos lados: tazas, platos, cuadernos y hasta paraguas (que acá son aún más útiles que los calzoncillos). Hay cosas que hasta sorprenden como que le festejan 2 cumpleaños a la reina (el verdadero y el día en el que se coronó como reina, al que también llaman “cumpleaños”) o que muchos edificios están fechados con dos notaciones: la religiosa y la real. Por ejemplo, el London Exchange (la bolsa) dice que fue construida en el año 1571 después de Cristo y en el año 13 después de Elizabeth I. Básicamente, la mayoría de la gente la adora.
- El Londres verde.
Londres verde
Existe una gran cantidad de grandes parques y pequeñas plazas que inundan la ciudad de un lindo color verde. Sobre todo ahora en primavera, los árboles están florecidos y los jardines de los parques reales son excelentes para caminar (si el clima acompaña). La mayoría de estos parques tienen enormes lagos, están muy cuidados (toda la ciudad es muy limpia) y hasta se ven ardillas correr y comiendo de la mano de la gente. Lugares como el Regent’s Park o el encantador Hampstead Heath hacia las afueras, son un excelente refugio del centro de Londres.
- La Londres cara.
Londres cara
La cotización de las libras esterlinas nos conviene aún menos que el euro o el dólar, y encima cobran por absolutamente todo. Incluso entrar a la Catedral de San Pablo o a la Abadía de Westminster es pago, y a nuestros valores son más de 80 pesos, por lo cuál los vi desde afuera. Es lógico que cobren para el London Eye o Madame Tussaud’s, pero ¿para entrar a una iglesia o a un monumento también?
Incluso la Oficina de Turismo te cobra por el mapa de la ciudad y obviamente, los baños químicos en las calles también son pagos.
El subte de Londres, el “underground” o “tube”, es excelente en su red y funcionamiento, pero también es bastante caro. Un pasaje solo puede salir más de 4 libras, aunque la mayoría de la gente suele sacar vales diarios, semanales o mensuales que abaratan un poco los costos.
Y así como es de cara, también se ven lujos en las calles. Ya comenté de los negocios, pero por ejemplo se ven bastantes autos como Bentleys, Porsche, Ferraris, Lamborghinis y hasta Rolls Royce que hacen quedar a los muchos Audis y BMWs que andan dando vueltas como si fueran normales. Como sea, no deja de ser un placer verlos.
- El Londres nocturno.
Londres nocturno
Es muy común que todos los días de la semana, tras el horario de trabajo, la gente cope los bares de barrios como el Soho o Shoreditch, donde las pintas de cervezas se ven en cada mano. Casi todos los bares son chiquitos, así que la gente se aprieta en el poco espacio o toma directamente afuera, creando una atmósfera bastante agradable. Lo que sí, la joda se termina bastante temprano y tipo 10 u 11 se están yendo todos a sus casas.
- El Londres alternativo.
Londres alternativo
Principalemente los fines de semana, el barrio de Camden Town se llena de puestos y mercados que venden las cosas más diversas como ropa, comidas típicas, recuerdos de la ciudad y muchos muchos locales de rock alternativo. Es que es uno de los barrios donde se dió la explosión del rock en los 60s y 70s que sacaron muchas de las mejores bandas de rock británico. Perderse por los laberínticos pasajes del barrio es un placer, donde te sentís envuelto por los aromas y los colores de cada puesto.
- El Londres cultural.
Londres cultural
Es una ciudad llena de museos, aunque yo sólo visite 2: la Galería Nacional y el Museo Británico. La National Gallery se especializa en pinturas y uno se encuentra con viejos conocidos como los Girasoles de Van Gogh o algunos de los más famosos cuadros de Monet o Renoir.
El British Museum es un espectáculo desde donde se mire. Ya el hall central tiene un techo increíble, y las colecciones cronológicamente ordenadas te llevan por sarcófagos egipicios con momias reales, esculturas y partes enteras de templos griegos o una increíble cantidad de vasijas y cerámica orientales. Por sólo mencionar algunas conocidas, la famosa Piedra Rosetta o los frisos del Partenón de Atenas se encuentran en este museo.
- El Londres teatral.
Londres teatral
Aunque no fui a ninguna obra, la zona de teatros de Londres es enorme y se presentan permanentemente una gran cantidad de conocidas obras como Mamma Mía, Thriller de Michael Jackson, Singing in the Rain, El Mago de Oz o el Fantasma de la ópera. La obra de Agatha Christie, “la ratonera”, lleva 60 años en cartelera y creo que eso es un récord.
- La Londres cosmopolita.
Londres cosmopolita
Londres debe ser una de las ciudades con una población más variada del mundo. Obviamente que el marcado acento inglés es el que predomina, pero caminando por sus calles uno se cruza con hombres árabes con turbantes y mujeres árabes típicamente tapadas, indios e indias (con sus clásicos brillantes saríes), africanos, judíos, latinos, orientales y obviamente, muchos turistas.
En conclusión, Londres es una ciudad que merece conocerse y recorrerse, no sólo los lugares centricos y famosos como el Big Ben, el London Eye o el Palacio de Buckingham, sino tratar de perderse por los distintos barrios que distinguen y permiten ver una gran cantidad de “Londreses” distintos.
De todos modos, tras haber visitado dos grandes ciudades como Paris y Londres, es hora de salir a la ruta, a buscar la verdadera esencia de este viaje, pretendiendo recolectar anécdotas y nuevas experiencias kilómetro a kilómetro, gente a gente.
El próximo destino será Gales, en claro rumbo a Irlanda, pasando por los pueblos ingleses que me encuentre en el camino.
¡Saludos a todos!
A continuación, algunas fotos más…