No es posible disfrutar Bruselas en un solo día. Es así. Ni siquiera acompañados de una experimentada guía de la Oficina de Turismo de Bélgica (Bruselas y Valonia) como Pepita que nos acompañó durante varias horas contándonos detalles, anécdotas e historias sobre lugares conocidos y no tan conocidos de Bruselas. Pero no tenemos más tiempo así que lo aprovechamos todo lo posible.
Ciertamente nuestra visita no era lo habitual. Buscábamos lugares concretos y edificios característicos de una época... ¡y vaya si los encontramos!
Vimos el bar que pasa por ser el más antiguo de Bruselas, que data del 1585 y que era una antigua casa de postas, donde los encargados de llevar el correo, cambiaban sus monturas por otras de refresco. Bastantes casas de principios, mediados y finales del siglo XVII intercaladas en otros edificios muchos más modernos. Una búsqueda divertida por la facilidad con que se encuentra premio.
También una casa de 1567 que seguramente vio pasar al mismísimo Duque de Alba meditabundo con todos los problemas que surgían por la gobernación de unos territorios que nada tenían que ver con los asuntos militares que era aquello en lo que él tenía mano y mente experta.
Estuvimos allí donde se recuerda a las ilustres víctimas de la represión, Egmont y Horns, por rebelarse contra su rey Felipe II. Hay una placa recordando el hecho. Claro que no habría espacio suficiente en la placa para indicar que Egmont, Horns... y Orange exigieron más tierras, rentas y cuota de poder para cumplir con la lealtad debida, que fue lo que les costó a la postre la vida.
Pero sobre todo es que los edificios de La Grand Place de Bruselas es de la época española. No sólo eso, la propio plaza, su trazado actual, también lo es. Bien pensado y con las fechas encima de la mesa es obvio. Y por eso hay tantas referencias a los reyes de España que eran sus propios soberanos. Sin embargo seguramente muy poca gente lo sabe (al menos nosotros no lo sabíamos...). Al ser conscientes de ello sentimos legítimo orgullo de que protagonistas principales de aquella época de nuestra historia (y de la suya) participaran directamente de algo tan bello.
También comimos mejillones y gofres y patatas, que no solo de historia se alimentan los del Camino Español. Y vimos el 'Mercado de las Pulgas' y el 'manneken pis' y muchas más cosas que hay que ver y hacer en Bruselas, porque aunque no se puede ver todo, unas horas, bien acompañado, dan mucho de sí.
Bruselas en concreto y Valonia en general tienen mucho con lo que deleitarse y El Camino Español es una buena ruta de referencia para hacerlo. Con estas reseñas y el ebook que estamos, desde ya mismo, preparando podréis conocer esa preciosa tierra, mientras disfrutas viendo la huella que españoles de otra época dejaron en este bello país durante dos siglos de historia compartida.
Y si no pongo este otro ejemplo reviento: Waterloo. ¿Os suena, verdad? ... Pues sí. Ahí también :-)