Rectificacion popular.

En mi anterior nota me refería a las razones de mi probable obsesión con el PP, pero reconozco que me están dando motivos para rectificar mi opinión, porque son de los pocos partidos, sino el único, que reconoce la gravedad de sus opiniones y actitudes.

Acaba de empezar la campaña electoral de las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de Mayo, que lo único bueno que tiene es que dura solo dos semanas, y en los pocos mensajes que desde el estrado han lanzado candidatos y personajes importantes del PP ha quedado muy clara su honestidad cuando practican la dura autocrítica y dejan bien claro a sus oponentes lo que pueden esperar de ellos.

En el primer mitin de la candidatura de Arias Cañete en Madrid, el PP demostró que cuando en precampaña decían que querían desvincular el tema Catalunya de las elecciones al Parlamento Europeo, y criticaban a todos los demás anticipando su utilización vil y rastrera del secesionismo para robar votos al PP, era porque, como siempre, lo que decían y lo que iban a hacer coincidiría exactamente.

Empezó Esperanza Aguirre refiriéndose a los “nacionalismos excluyentes” que, según dijo, se basan en el “rechazo” e incluso, a veces, en “el odio” hacia el otro. Sobre estos fundamentos, ha dicho, “no se puede construir nada”. Como que no se podía estar refiriendo al nacionalismo catalán solo cabe pensar cuan honrado se ha de ser para definir de forma tan exacta, precisa y cabal el pensamiento Nacional-católico de su propio partido.

Su sucesor en la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, fue más directo y aunque mencionó Catalunya fue por motivo justificado porque lo hizo para pedir que se acabe de una vez con cualquier nacionalismo que pueda hacer sombra al del PP mediante una “respuesta contundente” al soberanismo catalán para dejar claro que la vía independentista “no tiene cabida” ni en España ni en Europa porque la soberanía radica en el conjunto de los ciudadanos españoles liderados, por supuesto, por el PP.

En el mismo mitin José Mª Aznar, el que dicen que ya no manda, añadió otra advertencia “El PP es un monumento a la utilidad política de la integración… Lo demás siempre termina mal”, y si no termina mal, se le hace terminar de todas formas, y al que no quiera integrarse a lo PP se le obliga a golpes de TC, TS, CGPJ o cualquier otro instrumento afín.

Mientras, en Cataluña y en un mitin de la candidatura de Santiago Fisas, Sanchez Camacho avisó que “A la España del PP no la parará nadie, ni socialistas ni independentistas”, y el que se atreva a intentarlo se va a llevar una manta de hostias (perdón por el lenguaje, pero se trata de Sanchez Camacho).

¡¡¡Y esto no ha hecho más que empezar!!!. Lo de las campañas electorales de este país no lo he entendido nunca. ¿Para qué pasarse quince días soltando sandeces y haciendo el cafre si al final todos habrán ganado las elecciones y solo aceptarán haberlas perdido los dos que no hayan obtenido escaño?.

No soy nadie para dar consejos al PP, y si se los doy probablemente van a hacer lo contrario, pero les recomendaría que, aparte ser comedidos en la mentira porque no se puede estar mintiendo todo el santo día, en vez de intentar disimular su nacionalismo excluyente, el peor de toda España, su totalitarismo y su agresividad, usasen algo que se llama inteligencia, y que si buscan en el diccionario verán qué significa, y modificasen su concepto de patriotismo pasándose al que se basa en defender lo que es mejor para el país y alejarse del patriotismo de opereta que practican. Si se basasen en esos principios se iniciaría, entre otros, el largo camino a la solución del problema Catalán al que, por supuesto, ni se han referido ya ni van a referirse en toda la campaña.