Entre el grupo de los brasileños este año pude abrir y deleitarme con la obscura y cruda ficción de Dalton Trevisan y su “Desastres do amor” (“Desastres amorosos” podría ser en traducción libre), también decepcionarme con “La ciudad sitiada” de Clarice Lispector, ella todo un clásico pero con esa obra no enganché; y devorar un libro más, “Feriado de mim mesmo” del joven y siempre arriesgado Santiago Nazarian.
La banda japonesa la encabezó Junichiro Tanizaki. “Vorágine” es la primera obra que leo de este consagrado escritor nipón. Shusaku Endo es ya un caserito mío, o yo de él. Cada vez que paso por alguna librería estoy atento a ver si por ahí hay algún otro libro suyo, y con “Escándalo” sigue afirmándose en mi gusto. Pude conocer algo más del escritor japonés más popular, Haruki Murakami. Su “After dark” sigue en aquella línea misteriosa que ya no lo es tanto cuando estoy a punto de abrir un libro suyo.
Fueron seis libros de la misma cantidad de escritores peruanos, desde el omnipresente Mario Vargas Llosa con la obra preferida por él, “Conversación en La Catedral”, donde torna simple un enmarañado muy complejo; dos consagrados: Alonso Cueto sorprendiendo con una bello relato infantil, “El árbol del tesoro”, e Iván Thays con su libro de relatos “Las fotografías de Frances Farmer”, algo oscuro, de una escrita muy limpia; y los menos conocidos en el exterior: Enrique Planas con su primera novela “Orquídeas del paraíso” que motiva a hacerse de las siguientes obras de él; el muy promocionado Jeremías Gamboa con su segunda obra y primera novela “Contarlo todo”, no está mal para ser la primera novela, comienza avasalladora, sobre todo en los trechos donde el personaje principal se mueve en el mundo periodístico. “Día de visita” del periodista Marco Avilés, quien es nuestro Virgilio en el infierno que es la cárcel de mujeres de Santa Mónica en Chorrilos, Lima. Crónicas duras donde la realidad supera toda ficción.
Por un mejor año llenos de salud, literatura, vinos, música y reunión con amigos y/o familia; hay que aprovechar los momentos para disfrutar de lo mejor que la vida nos ofrece. ¡Feliz 2015 para todos!