Aquel que no conoce la historia, está condenado a repetirla”, decía Napoleón Bonaparte. Sin embargo, lo que no recordamos mejora nuestra capacidad de autocontrol de cara a situaciones cotidianas en las que anteriormente hemos fracasado o hemos cometido errores.
A pesar de la creencia común de que recordar nuestros errores nos ayudará a tomar mejores decisiones en el presente, en realidad nos encontramos con que pensar en nuestros fracasos nos lleva a repetirlos en el presente, algo que no es útil en absoluto.
Por ejemplo, pensar que acordarnos que la última vez dijimos “no” a comernos un buen trozo de tarta de chocolate nos ayudará a controlar nuestras ganas de volver a disfrutar de este postre y elegir una pieza de fruta en su lugar, no hace sino ayudarnos a impulsar el deseo del placer que obtendríamos al comer esa tarta.
¿Por qué motivo?
Cuando tenemos que pensar en nuestros fracasos nos pone en un estado de ánimo negativo y cuando las personas están en un estado de ánimo negativo, tienden a caer en la tentación para sentirse mejor
En definitiva recordar los fracasos ayuda poco para mejorar el autocontrol, a pesar de la sabiduría convencional de que uno aprende de sus errores del pasado. De hecho, nuestros resultados en lugar de esto, sostienen que centrarse en los errores del pasado nos puede condenar a repetirlos.
Todas las cosas que al mar tiramos
Nos las devuelve siempre la marea
Cuanto mas tratas de olvidarlo
Con mas fuerza lo recuerdas