Revista Diario

Recuerdos

Por Bergeronnette @martikasprez
Mes petites filles, mes chères Genevièves, cuando tengáis vuestra primera salida del colegio de varios días, seguramente os llenaré de consejos, de normas, de miles de palabras que escucharéis con atención, y que olvidaréis al segundo.
Os quiero contar dos anécdotas de cuando mamá fue a Paris con el colegio. Fueron en viajes distintos... Aunque el método de llegada y salida a/de París era el mismo: el tren.
Ese mismo tren con camas que cogimos cuando fuímos por primera vez a Disneyland, fue el que llevó a tu madre con todos los compañeros de clase. Por aquel entonces, los coches-cama eran de 6 literas, y cuando el "cuarto" estaba lleno, había que dormir con las profesoras que nos acompañaban.
La primera anécdota sucedió en el tren. Estábamos casi todos metidos en una cabina, subidos a las literas como buenamente podíamos, y contando historias... ¿de miedo? En una de estas, no sé si fue uno de los chicos quien apagó la luz, o que se apagó por si sola, pero nos llevamos el primer susto, y justo antes de volver a encender la luz, vimos un pollo volando por la ventana. No os riáis, hijas, el pollo pasó justo en el momento en que un tren iba en sentido contrario por la otra vía. Tal vez no fuera un pollo, y sólo fue el sonido que hacen ambos trenes cuando pasan uno al lado del otro, pero el susto que nos llevamos fue de risa.
Recuerdos La segunda anécdota no fue tan divertida, sobre todo para las dos profesoras que nos acompañaban. Era el día de salida de Paris, estábamos en la gare a la espera que saliera el tren, pero iba a tardar un poco, y las maestras decidieron salir a dar una vuelta por los alrededores, con tan mala suerte que, dos de nosotros, una amiga y yo, nos quedamos en el baño. Habíamos ido por parejas, y me había tocado acompañarla, pero cuando salímos, no había nadie esperándonos. Imaginad nuestra cara, cuando recorrimos toda la estación y no vimos al grupo. Salimos por fuera, pero había unos cuantos mendigos que nos dieron algo de miedo, y nos volvimos para adentro. No sé cuanto tiempo pasó, pero cuando nos vieron, se alegraron mucho. Y luego en el colegio, eramos la "comidilla" de todos.
Así que, hijas, cuando tengáis vuestra primera excursión, haced caso de lo que os digan los profesores, recordar las normas, y pasadlo muy bien. http://diariodealgoespecial.blogspot.com/feeds/posts/default?alt=rss

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