Entre mis manos ha vuelto a caer un contador antiguo. Se me han vuelto a la cabeza imágenes de las tardes que me pasaba jugando después de hacer los deberes, con un juego de destornilladores, jugando cambiar la marcación, desmontando y montando, ajeno a su funcionamiento real. Ahora ya los veo con otra perspectiva. En su momento solamente sabía que según lo que indicaban los números teníamos que pagar.
Con esa misma libertad con la que yo jugaba con los números, parece que están jugando las grandes eléctricas, pero con el precio de la luz. Uno de los mayores cambios que estamos sufriendo es el cambio climático, ¿en que medida se relaciona?, pues tiene mucho que ver. Cuando dependemos de otros sistemas complementarios para generar luz ahí es donde tenemos que asumir la subida. Otra pregunta sería, ¿tenemos que asumirlo?
Hay muchas maneras de ajustarnos a la potencia eléctrica que deseamos y tener un mayor control sobre sus subidas y sobre su origen. Aura Energía por ejemplo es una compañía que suministra energía procedente de energías renovables. Tanto su adaptación como el origen de la electricidad van a condicionar el precio que pagamos por la electricidad, tanto en el hogar como en la empresa.
Cuando era pequeño, entendía que solamente necesitabamos energía para calentarnos, y veía como se pagaba más en los meses de invierno. Después de la carrera y en la vida profesional he aprendido que la frigoría es todavía más cara de obtener. Es decir, en los climas calurosos, la energía puede ser más cara por picos de demanda, que esto para entenderlo, creo que todavía no estoy preparado, … ejem! porque dependemos mucho todavía de los combustibles fósiles, que por su escasez son todavía objeto de subidas constantes de precios, ojo a la Semana Santa!
Ya he tenido algún artículo en el que cojo la camiseta de la ecología extrema, pero es así. La luz y la gasolina son el doble de caras que cuando yo era niño. El contador podría seguir subiendo a la misma velocidad, que nuestros bolsillos se vaciarán el doble de rápido, en un ambiente en el que cada vez se acrecenta más la sequía, en el que se demanda más energía eléctrica, potenciada aun por encima por la subida de precios generada por la demanda de otros países. Por ejemplo Francia importa electricidad de toda España, porque han tenido que detener el funcionamiento de 20 de 58 centrales nucleares, que producían el 78% de su electricidad.
Realmente lo que deberíamos de pagar es el precio de coste, ¿te has parado a mirar lo que pone detrás de tu factura de la luz? La mayor parte de la energía que consumimos tiene menos eficiencia que el último electrodoméstico que nos hemos comprado. Piensa en el sentido de eso, aquello por lo que estamos pagando puntualmente y que nos puede ahorrar energía, la energía que le estamos conectando es, hablando en plata, una porquería. No hacen falta informes de la OMS ni protestas, se ve venir.
Imagen destacada Javier Villemat