Tres de enero del dos mil dieciséis – Dormitorio
Han dado la noticia de que toda la familia viajará a Coyca Palca, una ciudad escondida entre las montañas gigantesca de nuestro país. La mayoría de mi familia viene de esa ciudad. Nacieron, vivieron sus etapas escolares y compartieron muchas aventuras con amistades en aquel lugar. Es de costumbre viajar por estas épocas para gozar de la gran fiesta que se celebra por motivo del Pražské Jezulátko, una advocación del niño Jesús. Toda la semana hay actividades y comidas en las que uno puede saciar el hambre sin pagar nada. Desayuno, almuerzo y cena completamente gratis. Nos quedaremos en casa de nuestra abuela Lucía Consuelo, quien nos cuidará por lo menos tres días, que es el tiempo de aclimatación. Pues a todos los que vamos, pasamos por una larga penitencia producto del mal de altura. Pobre de nosotros…
Cuatro de enero del dos mil dieciséis – Coyca Palca
Hemos llegado. La ciudad nos ha recibido con lluvia intensa en plena noche y el frío abrumador golpea nuestros cuerpos. No hay muchas habitaciones disponibles como para tener una cama lista y refugiarnos automáticamente. Tengo que esperar. Mi cabeza me da vueltas. Camino como una persona en estado de ebriedad. Me es difícil escribir. Me llaman. Tengo que compartir cama. Mis ojos me lagrimean mucho. Frío. Arcadas. Insomnio. Lluvia intensa y granizo. Yo solo no me encuentro en esta situación. Intentaré descansar…