"Otrosi ordenamos y mandamos que cada uno sea obligado a linpiar la hera en que cogiere el pan, e no la dejar sucia, so pena que el que no la barriere dentro de ocho dias de como ansi ubiere alzado los frutos della, que peche y pague beynte maravedis para la rrepublica del concejo, e que todabia sea obligado a la linpiar, e queden linpias e abiertas como sienpre quedaron so la dicha pena, pues son concejiles e no propetarias".
(Cap. 58. Sobre limpiar cada uno su hera)
A lo largo de la vida, hay personas que te marcan de manera especial por su modo de enfrentarse a la pequeña historia, con sus trampas y aderezos, que ya sabemos que el camino está sembrado de frutos y malezas.
Lo he dicho muchas veces y creo que había unanimidad en esto: Gabriel González fue en San Salvador nuestro Laureano Mier. El hombre que hizo un poema de las Ordenanzas que se escribieron en el siglo XVI, concretamente entre los años 1586-1589 y a las que se añaden en 1643 otros 9 folios, donde se insertan algunas normas nuevas y pequeñas reformas a lo publicado en el siglo anterior.
Laureano Pérez Mier y Laureano Pérez Francisco hacen una nota e introducción de las mismas y el primero lo publica en la Institución Tello Téllez en 1961. Pero no somos lo únicos. La misma Institución publicará las de Sotillo de Boedo, presentadas por Primo Ruiz en 1963; Diez Merino habla de las de Villaoliva de la Peña en 1985 y Baró Pazos de las de Barruelo de Santullán en 1987.
Laureano Diez Canseco, historiador y filósofo, nacido en León en 1862, conoce como pocos los orígenes del municipio leonés y los concejos rurales de nuestras montañas. En su investigación expone de qué modo se agrupa el territorio, la división tripartita: el casco de la población, con sus casas, huertos y cercados (villa); las tierras de cultivo y los prados de posesión individual (tierras de foris); y finalmente, las praderas, bosques y montes de aprovechamiento común.
LA MADEJA | DIARIO PALENTINO