Revista En Femenino
Durante la Primera Guerra Mundial, miles de hombres y mujeres se unieron a las unidades de apoyo logístico y sanitario británicos y cruzaron el Canal de la Mancha para hacer todo tipo de labores de ayuda en el frente. Muchos de ellos plasmaron sus experiencias y reflexiones en cartas a sus seres queridos y en diarios personales. Cien años después del fin de esta dramática contienda que segó la vida de millones de personas, se están rescatando aquellos valiosos testimonios en primera persona.
Ese fue el caso de Dorothea Mary Lynette Crewdson, una enfermera que viajó a Francia cuando aún no había cumplido los treinta. Nacida en julio de 1886 en Bristol, Dorothea creció en Nottingham junto a sus padres, el abogado Henry Crewdson, su esposa Margaret, amante del arte y experta pintora de acuarelas, y su hermana mayor Jean.
Durante su juventud, Dorothea se implicó en algunas organizaciones de trabajo social, como la Girl's Friendly Society, y otras instituciones en las que su madre también colaboraba. En 1911 superó los exámenes que le permitieron ingresar en la Cruz Roja Británica como miembro del Voluntary Aid Detachment.
Cuando aún no se había cumplido un año del estallido de la Primera Guerra Mundial, Dorothea decidió unirse a las miles de enfermeras que viajaron a diferentes puntos del continente. Acompañada de su amiga Christie, Dorothea viajó hasta el norte de Francia y se instaló en la localidad de Etaples, donde permaneció durante cuatro años. En 1918, la zona en la que se había levantado un hospital de campaña y varios emplazamientos de refuerzo logístico, fue bombardeada por los alemanes. En el ataque, Dorothea resultó herida pero denegó cualquier ayuda y continuó trabajando para curar a los enfermos y heridos. Su coraje le valió recibir la Medalla Militar y la Medalla de la Cruz Roja.
Dorothea Crewdson no pudo regresar con vida a Inglaterra. Falleció el 12 de marzo de 1919 a causa de una peritonitis y fue enterrada en el cementerio militar de Etaples. Uno de sus sobrinos, Richard Crewson, descubrió los diarios de Dorothea, que habían permanecido durante décadas escondidos y recientemente se han reeditado.
Su obra
Dorothea's War, Dorothea Crewdson y Richard Crewdson