"Aunque apreciamos signos alentadores de una mayor actividad, la fragilidad de la recuperación, la precariedad del mercado laboral y las posibles dificultades procedentes de los mercados financieros subrayan la necesidad de ser prudentes a la hora de retirar las medidas de apoyo", señala el economista jefe de la OCDE, Pier Carlo Padoan, quien ha advertido de que a pesar de que las condiciones financieras han mejorado considerablemente, los bancos "siguen siendo vulnerables a las pérdidas de crédito".
Las nuevas proyecciones de la OCDE auguran un crecimiento anualizado del PIB de EEUU del 2,4% en el primer trimestre y del 2,3% en el segundo, frente al 5,6% registrado entre octubre y diciembre de 2009, mientras que en el caso de Japón, los pronósticos apuntan a una expansión del 1,1% y del 2,3% en los primeros trimestres de 2010, lejos del crecimiento del 3,8% de los tres últimos meses del año pasado.
En el caso de la zona euro, las nuevas previsiones de la OCDE contemplan un crecimiento agregado de las tres mayores economías del bloque (Alemania, Francia e Italia) del 0,9% en el primer trimestre y del 1,9% en el segundo, frente al 0,4% del último trimestre de 2009. La OCDE espera que Alemania vuelva a registrar una contracción anualizada del PIB del 0,4% en los tres primeros meses del año, para crecer un 2,8% en el segundo, mientras que en el caso de Francia prevé una expansión del 2,3% en el primer trimestre y del 1,7% en el segundo.
La OCDE se ha mostrado tan cautelosa como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) respecto a la situación económica. La Fed avisó ayer de que podría mantener los tipos de interés en los actuales niveles que son extraordinariamente bajos, por más tiempo de lo previsto, dado que los signos de recuperación son muy débiles. Lo más preocupante es el tema del empleo que se mantiene cercano al 10%, 6 puntos más que en los momentos previos a la crisis. La Fed no tiene un plan ni una estrategia para enfrentar la recuperación, por ello supedita su actuación a la mejora del mercado laboral. Pero la incertidumbres que se ve en el horizonte promete mantener e incluso ampliar los desequilibrios actuales.
Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización