Revista Opinión

Recuperando memoria, desde el olvido.

Publicado el 10 abril 2011 por Miguelmerino

 

Ni miento ni m’arrepiento,
ni digo ni me desdigo,
ni estó triste ni contento,
ni reclamo ni consiento,
ni fío ni desconfío;
Ni bien biuo ni bien muero,
ni soy ageno ni mío,
ni me venço ni porfío,
ni espero ni desespero.

(Jorge Manrique, Cancionero, Espasa-Calpe, 1971)

Solicitud ingreso en Los Hogares0001

Mucho menos firme el mecanógrafo que la solicitante, ¡Quién lo diría!

Lo importante en este caso, es que Su Ilustrísima se sirvió admitir. Luego hubo nueve años. Con sus luces y sus sombras y sus entreluces y sus entresombras.

Tengo pocos recuerdos seguros de Villafranca de los Barros. Apenas una calle empedrada, una torre con su campanario, un pozo en medio del patio, un perro lobo y su dueño, mi amigo Felipe, una mordida de ese perro, una palabrota proferida por un niño de apenas cinco años y una sonora bofetada como respuesta. Y la certeza de que salí de allí para un largo destierro. De hecho, no tengo memoria cierta de haber vuelto a Villafranca desde Los Hogares.

El año pasado sí. El año pasado, partiendo desde Los Hogares Provinciales Hernán Cortés, reconvertidos en Residencia Universitaria del mismo nombre, viajé, por cortesía de mi amigo Diegui, villafranqueño de pro, de regreso a Villafranca de los Barros, poniendo memoria reciente al lejano olvido.

 

Aquestos y mis enojos
tienen esta condición:
que suben del coraçón
las lágrimas a los ojos.

(Jorge Manrique, ibidem)


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