Entre semana salimos también por Barcelona y nos acompañó el peque. Pero para mi sorpresa lo que vosotros veis en esa foto de abajo, fue lo que yo vi durante gran parte de la salida.La idea era yo ir con el peque e Iván adelantarse a su ritmo. Pero después de calentar se ponen a correr y para mi sorpresa el ritmo era muy alto para mi, yo no paraba decirle al peque que iba muy rápido, que frenara, que fuera mas lento. Hasta que Iván me contestó con un tranquila, dejalo, quedate tu atrás si no puedes seguirnos... ¿como? ¿pero que está pasando? no entendía nada, pero mientras corría y los veía por detrás me dí cuenta de algo, no es que yo fuera lenta, es que el peque está creciendo por momentos, si tiene casi el mismo cuerpo que su padre sino mas, se cambian hasta la ropa, es normal que vaya a ese ritmo. Luego Iván me dijo que iban a 4 y poco, con razón...
El peque no pudo aguantar hasta el final ese ritmo, así que pude engancharlo y acabar con el la salida, y menos mal, sino me hunde en la miseria...jajajaEn estos momentos te das cuenta, que vivimos la vida demasiado deprisa, que el tiempo pasa y no nos damos cuenta... Así que como digo nada mas empezar la crónica de hoy, hay que ponerse las pilas... aunque si soy sincera, os dire que hacían buena pareja corriendo y en mi cara afloraba esa sonrisita tonta de madre orgullosa y si tengo que ir por detrás, que queréis que os diga, lo hago sin problemas...
