recuperemos el asombro

¿te has dado cuenta de lo distinto que es el mundo visto desde los ojos de un niño?

quizá en parte por su altura, porque es verdad que verlo todo desde ahí abajo ya da una perspectiva distinta.

pero sobre todo porque, como ya leí en su momento, los niños tienen esa innata capacidad de asombro.

ésa que si todos mantuviéramos, no solo seríamos mejores padres, sino también mejores personas.

o al menos llegaríamos a más y mejores conclusiones. y para muestra, Tesla.

¿me he vuelto ya loca del todo? pues oficialmente, no. y entonces ¿a qué viene este hombre en esta reflexión?

pues resulta que estuve hace poco en una exposición de Nikola Tesla y vi en él un claro ejemplo de alguien que creció en el asombro, y lo mantuvo hasta el final.

porque su historia empezó cuando, con pocos años, mientras acariciaba a su gato, veía que su pelo se erizaba, y quiso entender el porqué.

fue la constancia y el empuje que dan el sentirse fascinado y atraído por algo, lo que le hicieron continuar su camino, teniendo que demostrar por su cuenta que sus teorías de la corriente alterna era válidas (en la facultad no le creyeron), y trabajando en sus inventos y patentes, a pesar de que no tuviera inversores que se atrevieran a darle su apoyo.

si entendiéramos el asombro como forma de vida, el desconocimiento no generaría miedo a lo nuevo. y esto nos resolvería un montón de problemas que nos generamos los humanos entre nosotros, como hacer que no se den oportunidades a ideas brillantes, por parecer cosas de locos. o pensar que lo desconocido puede hacernos daño, y rechazarlo o negarnos a quererlo conocer. y nos evitaría racismo, machismo, acosos y todo tipo de comportamientos absurdos basados en el no saber.

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