Esta semana no he podido pasarme mucho por la blogosfera porque mi casa ha sido un autentico caos, como podéis ver en alguna de las fotos.
No sé si os habrá pasado a vosotr@s: un@ se mete en un piso y piensa en las mil cosas que hará para dejarlo a su gusto, después, las obligaciones cotidianas y el ritmo de vida que llevamos van relegando ese momento a un segundo plano, y cuando te quieres dar cuenta han pasado diez años...
Como ahora paso mucho más tiempo trabajando en casa no he podido dejar de observar la cantidad de cosas que necesitan un arreglo y he decidido ponerme a ello, pequeños detalles que harán mi casa mucho más agradable.
He empezado por el suelo, siempre quise poner parquet. Eso me ha supuesto tener la casa patas arriba toda una semana y verme obligada a huir a parques y bibliotecas para librarme del ruido y el polvo que provocaba un chico encantador que, como veis, al final lo ha dejado todo estupendo.
Así que, escribir, no he escrito mucho, y apenas me he conectado a Internet, pero sí he leído y he buscado sofás, que es el siguiente paso.
Aunque eso tendrá que ser el mes que viene, después de un nuevo viaje a Madrid para acudir a la Feria del libro, y otro a Puertollano, donde me han invitado a un club de lectura en el que están leyendo Nunca fuimos a Katmandú.
Ya os iré contando.
Entretanto, que tengáis una buena semana.