Odio Facebook y me encanta Twitter. Hasta hoy estas eran mis redes sociales. La primera la uso lo justo (casi nada), pero en cambio TW me fascina. Es rápida, concisa y justa. Sí, justa. El logaritmo de FB me parece completamente arbitrario y, por regla general (especialmente para los que tenemos fan page), no da demasiada visibilidad si no pagas. Además, no llego a entender del todo su funcionamiento, pese a que hace años que la uso.
En cambio TW exige más tiempo, pero me parece mucho más transparente y ágil. Y, como yo elijo a quien seguir, en mi TL no hay broncas ni gente insultando. Tengo dos perfiles (el del blog y el literario) y no sigo a gente agresiva, que pulula en cantidades abundante por esa red, así que no me encuentro conversaciones desagradables que no me interesan. Al contrario: las personas que sigo me aportan en positivo.
Todo esto viene a que llevo TODO EL DÍA peleando para abrir una cuenta de Instagram (en la editorial llevan recalcando desde septiembre que es "imprescindible"... ya, ya, me lo he tomado con calma) y solo para abrir el perfil la aplicación me ha dado cientos de fallos. Hace una hora (son las 22:30 cuando escribo esto) que he conseguido publicar mi primer post. Un desastre. Espero que solo haya sido mala suerte del primer día e ignorancia ante una nueva red social...
Hoy es San Valentín. Rober me entregó su regalo el domingo. Se fue con los niños al Verdecora y volvió con una maceta con unas preciosas flores rosas: Cyclamen o Violeta de Persia (me encanta el nombre). Es una planta de invierno que también florece en verano y que vale tanto para interior como para exterior. Preciosa. Ya está en nuestra terraza, alegrando el rincón en el que antes vivían mis azaleas (esas que mi hermano ahogó durante unas vacaciones en las que quedó encargado del riego). Digo mis azaleas porque también me las regaló Rober un San Valentín, pero en realidad era él quien las cuidaba. Rober siempre me regala plantas que luego cuida él. Es lo natural, porque yo soy tan desastre como mi hermano para cuidar cualquier ser vivo que no sea humano.