Revista Comunicación
Ejemplo de un diagrama de una red social. El nodo con la más alta intermediación centralidad está marcado en amarillo.
A estas alturas del camino nadie pone en duda el cambio social a nivel global que ha supuesto internet y su contínuo desarrollo en esta era. Y aunque para muchos la red que crece y se expande como tela de araña sigue siendo un juego, otros más avanzados recuerdan que fueron los juegos sus primeras lecciones para empezar a gatear y luego más tarde a andar. Ciertamente es un juego que a su vez valga la redundancia da mucho más juego. Primero se jugó a la creación y construcción de máquinas que mejoraran la calidad de vida del hombre, y a través de ese juego hemos aprendido que la calidad de vida sin conocimiento no tiene sentido. ¿De qué sirve la calidad de vida sino la puedes compartir y beneficiar a otros, disfrutando en comunidad de un bien social que es común a todos?.
Esto es el efecto de la red social poner al alcance de la sociedad en general el acceso libre al conocimiento, posibilitar el uso de las herramientas que el Arte ha creado gracias a la tecnología para aprender con otros métodos más lúdicos, más acordes a las generaciones que son el futuro. Primero accedimos a un conocimiento limitado por unos pocos a través de su todavía presente autobombo de sus páginas web, principalmente empresas, cada vez se incorporaban más particulares, hasta que surgió el fenómeno blog y tras el la red social, cuya distinción es muy evidente su mayor logro es ofrecer diálogo entre un directivo de una multinacional y un usuario desde el ordenador de su habitación. Con la llegada de las redes se empezó a establecer la máxima que antes que títulos que dicen que somos tal o cual profesión, somos personas con una capacidad creativa y comunicativa que puede y empieza a hacer uso de las oportunidades que ofrece internet y las redes para darse a conocer y exigir aquello por lo que se está trabajando diariamente.
El vehículo que ofrecen las redes es la posibilidad y necesidad de demostrar aquel mensaje que se promulga, la veracidad y coherencia del mismo y en caso contrario ahora el cliente o usuario si puede decir que no, y además utilizar su negativa como fuerte arma de ataque poniendo en serio peligro esa supuesta incuestionable imagen de marca con la que tanto les gusta a las grandes firmas identificarse. Ahora si ha llegado el momento de poner en práctica los tres pilares en los que se basa el mercado de compra y venta, valor funcional, emocional y de responsabilidad social corporativa. Y si no se es capaz de demostrar esa máxima, va a ser el propio usuario el que haga tambalear el sistema.
Gracias a ese discurso que obliga a demostrar la veracidad de nuestro mensaje, es en donde el "personal branding" o "marca personal" encuentra su filón para poder desarrollar y expandir su mensaje, dando veracidad mediante la experiencia de la transparencia del mensaje que transmite. Internet y las redes son el trampolín que ha buscado la sociedad para satisfacer las necesidades de un mercado que se ha quedado obsoleto tanto en su oferta como en su demanda, cuando se demuestra que la creatividad es la principal baza con la que cuentan las personas para crear su propio sello.