Redes sociales erga omnes

Es una estrategia muy inteligente: bajo total libertad otorgar todos los datos y características de una persona a cambio de una esclavitud informativa pues nadie podrá nunca más revocar este hecho. La información está perdida, pero existe.

A modo de pequeña reflexión os comento mi opinión sobre aquello que el título nombra que en mi parecer no es sino otro entretenimiento que dentro de pocos años se verá superado por ideas nuevas e innovadoras que las dejarán anticuadas. No obstante ahora están en pleno auge y me gusta analizar estas situaciones.

Es cierto que al ser humano siempre le ha gustado destacar por encima de sus congéneres de una manera u otra, algunas a mi parecer mucho más admirables que otras; y por supuesto mucho más provechosas. El nacimiento de las redes sociales era cuestión de tiempo tras el lanzamiento de otras plataformas para comunicarnos con los conocidos os desconocidos y mostrar nuestros pensamientos (los que menos), fotos y videos. Al principio fue tener teléfono fijo, mas tarde teléfono móvil, después email, posteriormente con la cuenta de email hablábamos por el ahora casi desconocido “messenger” y abríamos un “space” en internet donde informar a los demás sobre nuestras aficiones, salidas, encuentros, relaciones, …

Ésto último es la idea principal del texto que escribo. El concepto de privacidad parece haber sido apartado de lo que conocíamos hasta ahora. La intimidad del usuario o trabajador ya no es un problema para las grandes empresas , ni fuerzas de seguridad del estado, ni servicios secretos. Antes debían trabajar con la ley en la mano (y a veces sin ella) para poder conseguir información de las personas. Sin embargo ahora, se lo damos todo hecho. Y el problema es que no solo a ellos, sino a todo el mundo que quiera saber algo de nosotros. Cualquiera.

Tenemos tal interés porque la sociedad conozca lo que estamos haciendo y nuestra personalidad quede plasmada en archivos multimedia o comentarios que no alcanzamos la magnitud del problema que podemos poseer a posteriori. Una mísera foto subida a internet, significa la incapacidad total de poder sobre esa foto pues nunca más podremos (por mucho que la borremos del sistema donde esté almacenada) tener el control sobre ella. Pero con esto, tantas otras cosas análogas. Además sucumbimos bajo el poder de la comunicación, hablar con personas que acabamos de ver hace escasas horas. O comentar con ellas aquellos asuntos que estuvimos intercambiando en otros momentos. ¿Es malo? pensaréis. Depende. Si poseéis el control vosotros sobre los actos que cometéis os diré que no. Si lo hacéis por simple rutina, por competitividad con otras personas para alcanzar un determinado objetivo, si dejáis de lado otras actividades o tareas mucho más enriquecedoras… el tema es cuestionable. Que cada uno defienda su postura como más le interesa, pero que haga el favor de reflexionar (si es que antes lo habéis realizado alguna vez).

Probad vosotros mismos con algunas personas que no conocéis de nada (seguro que ya lo habréis hecho) para intentar buscar información sobre ella, es bastante fácil. Pues pensad sobre aquellos que se dedican a ello… ¿se lo vais a poner tan fácil? Si no os importa continuad adelante. Es vuestro casa la que dejáis abierta tanto para el amigo como para el extraño.