Dependiendo de a quién le preguntes, las redes sociales son tanto una bendición como una maldición. Sin duda, nos ha ayudado a conectarnos de maneras que nunca pensamos posibles, pero, paradójicamente, nos ha vuelto mucho más antisociales.
Dependiendo de a quién le preguntes, las redes sociales son tanto una bendición como una maldición. Sin duda, nos ha ayudado a conectarnos de maneras que nunca pensamos posibles, pero, paradójicamente, nos ha vuelto mucho más antisociales.