Una de nosotras tiene a sus mellizos de Erasmus; ella en Oporto, Portugal, el en Liubliana, Eslovenia... No vamos a hablar del síndrome del nido vacío, que está siendo tremendo, por cierto... Sino de que la "melli" que mora y estudia en la ciudad lusa, ha heredado de su madre la pasión por las cosas vintage y de segunda mano, aunque más orientado a ropa y complementos. Es en esa búsqueda de la prenda o accesorio perfecto, que se ha recorrido algunos mercadillos locales, a la vez que envía fotos de los puestos que contienen artículos de decoración retro... Y en una de éstas, detectamos un pequeño cuadrito redondo, parecía que de flores, que nos hizo tilín... (en la foto primera os lo señalamos). Hicimos volver a nuestra niña al puesto en cuestión para comprobar que fueran flores, a parte de su estado y su precio. -"¡Un euro, mamá, cuesta un euro, y lo he comprado, claro!" Imposible resistirse, ¿verdad? Cuando los niños volvieron a casa por Navidad, Julia mostraba flamante su compra, que en verdad estaba llena de encanto. El marco redondo, con un precioso craquelado, enmarcaba unas pequeñas flores pintadas que se han quedado en una de nuestras casas para decorarla, junto con esta pequeña historia detrás...
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El nido vuelve a estar vacío... Aunque estas delicadas flores redondas nos hacen sonreír de ternura cada vez que las miramos.