Esta mañana he recibido un correo electrónico con una invitación a firmar una petición pública solicitando que se cumpla la promesa electoral de extender la reducción de la jornada laboral de las madres, hasta que sus hijos cumplan los 12 años.
Ahora mismo, sólo pueden optar por jornada reducida hasta que sus hijos tengan 8 años. ¿Y después qué? ¿Acaso un niño de 8 años y medio puede valerse completamente por sí mismo mientras sus padres salen al trabajo antes de que él entre a la escuela y llegan después de que él termine? ¿Y si no hay una abuela que viva cerca, o una amiga que pueda recogerlo del cole?
¿De eso se trata la infancia? ¿De ver a los niños aún dormidos antes de irnos a trabajar y volver a casa luego de que una nana los ha bañado, dado de cenar y acostado? No tengo nada en contra de las nanas, pero sí en contra de la extendida tendencia de ver a los niños sólo "un ratito" al día. Tanto los niños, como sus padres, necesitan mucho más que un ratito, necesitan conocerse, jugar, divertirse, reír, saltar, bailar, cantar, disfrutar de la infancia juntos, acompañados...
Si miramos fríamente, sentimentalismos aparte, los razonamientos que arguye esta petición, nos encontramos con que efectivamente, tendría muchos beneficios, el extender la reducción de la jornada laboral hasta que los menores cumplan 12 años, y serían los siguientes:
"Se cumpla una promesa electoral.
Que podamos conciliar la vida laboral y familiar.
Se favorece el empleo con el contrato a tiempo parcial. Dando oportunidades de trabajo a un mayor número de personas.
Se favorece la natalidad, ya que no tenemos que elegir entre trabajo e hijos, y se incrementa la cotización asegurando el actual sistema de pensiones.
Que todos los trabajadores, con independencia de si son o no funcionarios, tengamos los mismos derechos en lo referente a la conciliación."
Por favor, compartan la información por Facebook, Twitter, e-mail, o escribe una entrada en tu blog invitando a más gente a firmar, mientras más seamos, más posibilidades de llegar a algo :) Recuerda dejar un e-mail válido al firmar la petición, revisar luego tu buzón de correo electrónico y pulsar el enlace para confirmar tu acuerdo. Si no pulsas el enlace incluído en el e-mail de confirmación, no se contabilizará tu firma.
¿Ya firmaste? ¿Quieres contarnos lo que opinas de todo esto?