Respecto a este último punto, hay que destacar el carácter de tributarios que tenían los indios, en relación al resto de los grupos que conformaban la sociedad guatemalteca. Y no es un dato menor, a que entrado el siglo XVIII, éstos representaban más de un 80% de la población total, algo bastante particular dentro de Hispanoamérica para ese momento. Por su parte, todavía hacia fines del siglo XVII, el tributo era aproximadamente un 78% de las entradas del fisco, y por lo general se pagaba en productos y en especie (cacao, telas, mantas de algodón, etc.). Recordemos que había ciertos recursos, como el cacao, que se utilizaban como moneda, lo cual era una tradición previa a la llegada de los conquistadores, y que se mantuvo durante siglos luego de la misma.
Si quieres leer el artículo mas tarde, descárgatelo en PDF y léelo cuando te plazca: Descárgalo Aquí
Reducciones y cabildos de indios en Guatemala colonial
En este contexto, no resulta extraño el interés que tuvieron los españoles en organizar políticamente a las comunidades. Cada una de éstas poseía instituciones impuestas con el fin de garantizar la evangelización, la producción y el tributo. Sin dudas, una de las influyentes fue el cabildo, que aunque siguiendo la tradición hispana (organismo político multifacético, encargado de los servicios como el abasto de carne, la regulación de los mercados, las obras públicas y la organización de las fiestas cívico-religiosas, además de ejercer funciones de ‘‘justicia y regimiento’’), fue impuesto por los peninsulares no tanto con la idea de representar los intereses de las oligarquías locales, sino más bien para transmitir el poder de sus autoridades coloniales.Los pueblos de indios no se dieron de la misma forma en toda Hispanoamérica, aunque la estructura ‘‘clásica’’ ubicaba a las viviendas en torno a la plaza central, donde se encontraban los edificios más destacados: la capilla o iglesia, el cabildo, la cárcel, la vivienda del cacique y el mercado. La ubicación del pueblo era determinada, generalmente, por los intereses de los colonizadores. Por ejemplo, los pueblos que se erigían en torno a las grandes haciendas agropecuarias, estaban directamente relacionadas a las necesidades de mano de obra de aquellas. Además, los repartos de tierras para las reducciones se hacían siguiendo determinados criterios, como el que establecía que un tercio de ellas se concedían a las unidades familiares, otro se daba para lo que se producía para las cajas de la comunidad, y el último se arrendaba. La milpa (unidad de cultiva), fue la forma de explotación de la tierra por excelencia, y era una condición para poseer parcelas.
Volviendo a la importancia del tributo, vale la pena comentar que los efectos entregados por los indios iban a parar al cabildo de cada pueblo, y de éste a las manos del alcalde mayor, quien teóricamente enviaba la parte correspondiente a la Real Hacienda. Los alcaldes mayores eran los que debían ocuparse del trabajo y de la tributación por parte de las comunidades, y su bien tenían prohibido realizar negocios para su propio beneficio con la mano de obra originaria, solían practicar repartimientos forzosos, que eran parte de un comercio del cual los aborígenes estaban obligados a participar: los mencionados funcionarios repartían ciertos géneros mercantiles entre los habitantes del pueblo (herramientas agrícolas, ganado, etc.), y éstos últimos debían pagar con algodón, trigo, animales, cacao y piezas textiles, según el caso. Asimismo, los nativos se desempeñaban dentro de unidades productivas, como las grandes haciendas ganaderas y agrícolas, muy importantes en esta parte de América Central, además de trabajar regularmente hacia el interior de las comunidades rurales orientadas al autoconsumo.
Por su parte, los representantes de la Iglesia Católica, también se beneficiaban económicamente, gracias al diezmo y parte de la recaudación tributaria, que le era asignada por la Corona. Entre éstos se destacaron los integrantes de la Compañía de Jesús, cuyas labores misionales se dieron entre 1575 y 1767 (año de la expulsión). Fueron famosos por sus colegios (como el de San Lucas, que fundado en 1606) y universidades, además de su papel como educadores y evangelizadores en las reducciones, además de ser encargados de hospitales, de la administración de los Sacramentos, y de la regulación de determinadas prácticas económicas. No faltaron dentro de las instituciones políticas más importantes, por ejemplo, ocupando cargos de relevancia dentro del Cabildo de Santiago de Guatemala.
En cuanto a las funciones del cabildo indiano, habría que decir que, al igual que su par español, fueron varias y diversas: administración civil y criminal (siempre y cuando no fuera sobre españoles o negros), abasto del mercado local, construcciones y obras públicas, representación ante otras jurisdicciones, recaudación de tributos, repartimientos de indígenas como trabajadores y reparto de tierras a censo, entre otras cuestiones.
La composición del mismo, en líneas generales, era bastante parecida a la de los ayuntamientos de la otra república: estaban los alcaldes ordinarios (de primer y segundo voto, encargados de juzgar causas menores, de la verificación de testamentos, y de votar en todas las materias anteriormente enumeradas), los regidores (que se ocupaban de la construcción y el mantenimiento de obras públicas, y su número variaba según la cantidad de habitantes por pueblo), el escribano (que llevaba los registros tributarios por escrito, así como también causas judiciales y otros documentos), y el mayordomo de propios (funcionario que administraba los bienes de la Caja y de la comunidad, tales como ganado vacuno, rebaños de ovejas, obrajes textiles, tierras comunales, etc.).
Simultáneamente, los principales cargos (alcaldes ordinarios y regidores), se iban alternando los jefes de los linajes más destacados de la comunidad, y que la intervención de funcionarios españoles en los cargos y las elecciones de aquellos fue una realidad.
En síntesis, podría decirse que coexistieron tradiciones políticas precolombinas e hispano-coloniales, a partir de la conformación de las reducciones (íntimamente ligadas a la evangelización y el tributo), y la implantación de instituciones características del Antiguo Régimen español, como el cabildo, con la intención de fortalecer el control y obtener mayores beneficios políticos y económicos en la región.Autor: Mauro Luis Pelozatto Reilly para revistadehistoria.es
¿Eres Historiador y quieres colaborar con revistadehistoria.es? Haz Click Aquí
Si quieres leer el artículo mas tarde, descárgatelo en PDF y léelo cuando te plazca: Descárgalo Aquí
Bibliografía
Cabildos de indios en Guatemala, durante la época colonial. Colección IDIES, pp. 94-170.
Calvo Oviedo, Marlen y Barboza Leitón, Ivannia (2006). ‘‘Acercamiento a la poesía religiosa de la etapa colonial. Centroamérica siglos XVI y XVII desde: Sor Juana de Malgonado y Paz, Baltazar de Orena y Eugenio Salazar de Alarcón’’, en Káñina, Revista de Artes y Letras. Universidad de Costa Rica, Vol. XXX (1), pp. 33-42.
Fradkin, Raúl y Garavaglia, Juan Carlos (2009). La Argentina colonial. El Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX. Buenos Aires, Siglo XXI Editores.
Halperín Donghi, Tulio (2010). Historia contemporánea de América Latina. Buenos Aires, Alianza Editorial.
Sariego, Jesús (2010). ‘‘Evangelizar y educar’: Los jesuitas de la Centroamérica colonial’’, en Estudios Centroamericanos, Vol. 65, Nº 723, pp. 11-15.
Sariego, Jesús (2010). ‘‘Tradición jesuita en Guatemala: Una aproximación histórica’’. Disertación con ocasión de la celebración de 49 años de fundación de la URL y el inicio de las actividades de conmemoración del quincuagésimo aniversario. Universidad Rafael Landívar, Guatemala, 19 de octubre de 2010.
Solórzano Fonseca, Juan Carlos (1982). ‘‘Pueblos de indios y explotación en la Guatemala y El Salvador coloniales’’, en Anuario de Estudios Centroamericanos, Nº 8, pp. 125-133.
Solórzano Fonseca, Juan Carlos (1985). ‘‘Las comunidades indígenas de Guatemala, El Salvador y Chiapas durante el siglo XVIII: los mecanismos de la explotación económica’’, en Anuario de Estudios Centroamericanos, Nº 11 (2), pp. 93-130.
Suñe Blanco, Beatriz y Gómez Gómez, Amalia (1990). ‘‘Pueblos de indios’’, en Actas de las VII Jornadas de Andalucía y América, Universidad Internacional de Andalucía, pp. 139-149.
¿Nos invitas a un café?
Si quieres donar el importe de un café y “Adoptar un Historiador”, incluiremos tu nombre como agradecimiento en calidad de mecenas en un Artículo Histórico, puedes hacerlo Aquí:
También puedes apoyarnos compartiendo este artículo en las redes sociales o dándote de alta en nuestro selecto boletín gratuito:
Déjanos tu Email y te avisaremos cuando haya un nuevo Artículo Histórico
La entrada Reducciones y cabildos de indios en Guatemala colonial aparece en Revista de Historia.