Es curioso como algunos se atreven a opinar sin saber. Ellos mismos lo dicen avisando de antemano que no saben determinar que ocurre en IUCM, pero aún cuando lo avisen dan su opinión, sesgada, manipulada y malintencionada, paro acto seguido aseverar que hay una visión oficialista y una corriente crítica. Afirman sin ningún rubor que los estatutos no han sido consensuados. ¿Me puede decir quien realiza semejante afirmación cuándo han sido consensuados unos estatutos?. Partiendo de la base que si algo se hace por consenso, no precisa votación, sino que se hace por acuerdo de las partes. En toda mi trayectoria política ya algo dilatada, jamás se han hecho unos estatutos por consenso. Siempre se han votado, con mayorías, minorías, y minorías reventadoras estas últimas las menos veces porque se ausentaban de los órganos y asambleas de decisión.
Se vuelve a decir sin ningún tipo de rubor que la actual dirección de IUCM no es lo que la izquierda necesita, recordemos que antes se decía que se era incapaz de determinar que es lo que ocurre en IUCM, a partir de aquí verborrea pseudoizquierdista, y la apelación llorona a la que en IUCM se nos viene sometiendo últimamente de recurrir al Consejo Político Federal, como sí la criatura necesitara de un padre/madre para poder ejercer. Todo se resuelve en un: “ahora te vas a enterar, se lo voy a decir a mi padre”
Insistentemente se nos viene recordando el resultado de la votación de hace un año sobre las listas que se presentaron en la IX Asamblea para el Consejo Político Regional, se habla dentro y fuera, con saña y mala intención, de un 51% frente a un 49%, correlación de fuerzas bastante ajustada y aún teniendo en cuenta este dato, resulta también curioso que a día de hoy no es del todo real teniendo en cuenta las votaciones que se han venido sucediendo en los últimos CPR y que amplían esa diferencia hasta un 66% a favor del informe presentado por el Coordinador Regional, Eddy Sánchez, frente a un 34% que votó en contra o se abstuvo, concretamente en el último celebrado el día 8 de noviembre.
En ese mismo CPR, se pudieron oír cosas tan infantilistas como “El enemigo a derrotar no es el PP”, o “lo que hay que hacer no son informes tan sesudos, sino organizar el poder popular” claro hubo que recordarles aquello de “Primero ganar la guerra, luego la Revolución”, teorización del PCE de la que me siento muy orgulloso, frente a la política del colectivismo y de hacer la revolución en la guerra que tanto daño hizo a las aspiraciones de la II República.
Por lo tanto, dar opiniones sesgadas y malintencionadas, utilizando epítetos contra una dirección legítima del estilo de parásitos, dañinos, llamando desde fuera a la ruptura interna de una organización en la que no se milita y llorando al padrecito federal, cada vez que algo no sale como nos gusta es lo más INFANTILISTA, SECTARIO, DOGMÁTICO, RETRÓGRADO Y PELIGROSO para las aspiraciones de la mayoría social que queremos atraer hacia nuestros programas y proyectos.
Ni que decir tiene que es cierto que se están confrontando dos proyectos políticos, el de la derecha más rancia y el de la izquierda transformadora, y que para esta lucha necesitamos de proyectos unitarios en lo político, en lo social y en el ámbito sindical, y para ello quitarse las vigas del ojo propio es imprescindible, querer retroceder a proyectos centralistas que en nada tienen que ver con modelos federales, y que para disfrazarlos de federales se transforman en confederales, es dar una patada a una piedra y que salgan veinte perros. Recomiendo para esto una lectura crítica de la Guerra Civil Americana.
El sectarismo y el dogmatismo depende de la edad, si te pilla mayor es como el sarampión, muy malo. Pero tiene cura, confrontar con los compañeros y compañeras que no piensan como tú, para confluir dentro de la unidad en lo que nos une, y no ir amenazar como un niñato cada vez que no impones tu capricho con decírselo a tu padre.