Revista América Latina

Reeditando fracasos

Publicado el 29 julio 2019 por Jmartoranoster


Reeditando fracasos

Ella caminaba como sin rumbo -pobrecita- por la frontera de un país ajeno a ella. Su cuerpo, huesitos y pellejo, apenas cubierto por una tela color tiempo. Una señora robusta, con una sonrisa de oreja a oreja, le tendió la mano y de un templón convirtió aquel saludo distante en un abrazo estrangulador. Estrangulada por el abrazo y por la lástima que le inspiraba la señora que la abrazaba, ella usó la fuerza de las tres calorías que ingirió en su desayuno para decir: Don’t worry, señora, vengo a salvarte del hambre.

Volvió Angelina a Colombia a llorar por los venezolanos y a ignorar, por supuesto, a los colombianos que de aquel lado mueren de hambre, de miseria, de marginación, de abandono, de explotación y si no se mueren de eso, pues, se mueren de falsos positivos y ya está. Todo bien, porque Colombia es nice, porque su presidente es obediente y mueve la colita cuando le hablan en inglés.

“Oh my God! Ese pobre niño está muy flaquito” – Dijo Angelina apurando el paso junto a su equipo de fotógrafos para retratarse con un niño era aún más flaco que ella. –“Pobre venezolanito” –simuló llorar. –“No, con ese niño no, Miss Jolie, que ese colombiano. Pase por acá, que es donde pusimos a los venezolanos con quienes se va a fotografiar”.

Vuelve el perro arrepentido, volvemos al punto A, donde comenzó la lloradera: “La diáspora venezolana”, aquella campaña que llenó los bolsillos de Luis Florido, Gabi Arellano, Julio Borges y no sé cuantos diputados antichavistas más. El negocio más redondo después del robo de Citgo.

Ya el tema no es Guaidog, el presidente (A),(E),(I),(O),(U), ni el cese de la usurpación, ni todas aquellas opciones que estaban sobre la mesa y que ya como que ninguna de ellas está, porque vuelven con el cuento de los venezolanos gordos con hambre, de los miserables que se van sin nada, pero llevan gorras tricolor, camisetas de la Vinotinto, y zapatos deportivos crujientes de tan nuevecitos. Vuelven las cifras locas que cuenta a cada alma que cruza la frontera, así sea ida y vuelta, como son la mayoría de los que la cruzan, como refugiados de una catástrofe humanitaria comunista, valga la redundancia, que creó Nicolás Maduro por puritita maldaC.

El mismo cuento de siempre de esta oposición experta en fracasos. Montan un circo peligrosísimo, hacen todo el daño que puedan al país, a la gente, a su gente con especial saña, y luego, entrampados en sus torpezas intentan volver al principio a ver si, empezando de nuevo, la torta que pusieron se puede poner peor. Porque siempre son peores. No pueden evitarlo.

Por peores es que se traen otra vez a Angelina, esquelética, a salvar a gente cachetona y sonriente que se supone está sufriendo mucho. Por peores, por que creen que todo es Hollywood, que todo es marketing, porque creen que Capitan América existe y que los viene a salvar, juran que tres fotos de Angelina en un terraplén colombiano hará cambiar de opinión al pueblo venezolano que resiste los trancazos de las sanciones que ellos, los dirigentes antichavistas, gestionan. “Y si el pueblo venezolano no cambia de opinión, los sancionamos más, Miss Jolie, y la volvemos a invitar, porque su presencia siempre es buena propaganda para la comunidad internacional” –Dice un perrito que, desde su alfombra, intenta verle un pellejito que debería ser una teta asomada en el escote de la batola tipo safari chic que viste Angelina para tan importante misión.

Volverá el Acnur y sus fotos de refugios con cuatro gatos que llegan huyendo de una hambruna que no se les nota por ningún lado. Y cruzarán los dedos para que sancionen al CLAP, porque esas cajas llenas de comida atentan contra la miseria que necesitan para que Angelina pose y no parezca que es ella la que está muriendo de hambre y la venezolana con hambruna es la que la viene a salvar.

Volverán al comienzo y de ser necesario retomarán la tesis fabulosa de “Maduro es cucuteño”. Ya van hacia allá, retrocediendo al 2015, como para acercarse a su única victoria, aquella que no supieron administrar, la que los volvió locos y les hizo afirmar, borrachos de odio y de inmediatismo, que el mandado golpista ya estaba hecho y que de seis meses no pasaba.

Por ese manía de volver para atrás, ignorando que para atrás ni para coger impulso, es que Delsa Solórsano, al ver a la huesuda y glamorosa Angelina en la frontera, dijo “espejito, espejito, aquí la más linda soy yo” y buscó convertirse también en tendencia de Twitter, como en su momento lo hiciera Ramos Allup -no tan lindo-, declarando que en menos de seis meses sacarán a Maduro del poder. Permítamne que bostece… ZzzzzzZzzzzzzZzzz…

CAROLA CHÁVEZ

@tongorocho


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