Los trabajadores que recogen la basura encontraron en un callejón de mala muerte lo que parecían unos despojos de lo que con mucha imaginación sería antes un ser humano. Al principio creyeron que quizás serian los sobrados que dejo el león del zoológico, y solo como para salir de dudas dieron aviso a las autoridades de policía de la Capital.
Para este tipo de casos rutinariamente va un equipo de forenses, fotógrafos legales, algunos oficiales de policía y un detective de grado superior a cargo del tedioso operativo.
El Inspector Carbonell se agachó a mirar aquella perversa obra de arte hecha con carne y huesos y sin atreverse a tocarla dijo pensando en voz alta: "Nunca había visto algo como esto".
De repente escucho a sus espaldas una familiar voz femenina que le contesto: "Pues este es el segundo que me toca esta semana"
- ¿ Ada ? - dijo con voz dubitativa mientras se erguía para ver mejor a su intempestiva invitada a este involuntario festín de locos
- Inspector Carbonell - dijo secamente la recién llegada
- Detective Scully - respondió Carbonell con un tono frío y robótico
Carbonell y Scully se conocieron mucho tiempo atrás cuando ambos ingresaron en el mismo día a la Academia de Policía, se convirtieron en cómplices y amantes, pero el espíritu competitivo y la voluntad férrea de cada uno de ellos hizo despertar cierto celo y rivalidad por destacar.
En aquello en donde uno de ellos era bueno el otro era mejor, una vez que se graduaron con honores ella fue asignada a otra gran metrópolis de aquel país: Puerto Industrial. Carbonell seguiría en la Capital.
Ambos ascendieron rápidamente en el escalafón policial local, no había crimen que no resolvieran. De vez en cuando y en raras ocasiones el Alto comisionado de Policía asignaba a uno de ellos como respaldo del otro para atender casos muy complicados o incluso aquellos más oscuros y siniestros. Juntos parecían ser invencibles a pesar de que a ellos en particular no les gustaba trabajar en equipo debido a esos roces competitivos y a la tensión sexual que aun mantenían entre ellos.
Y allí en medio de ese callejón tenebroso, a pleno día se encontraban los dos frente a frente sin saber exactamente que decir.
- Detective Scully, usted no está asignada a este caso en particular, tenga la amabilidad de esperar tras la línea oficial de investigación, no queremos que se contamine la escena del crimen - atino a decir Carbonell
- Al contrario Carbonell - dijo Scully - resaltando la omisión del cargo para hacer más pesado el ambiente y continuo agregando al insulto - El Comisionado me indico que yo estoy a cargo del operativo e investigación.
Dicho esto la Detective Ada Scully se movió por la escena del Crimen como si fuera el Capitán de un navío paseándose por la cubierta de primera clase, impartió por parejo órdenes a los forenses, fotógrafos y al equipo de oficiales, pero sin asignar ningún rol específico a Carbonell, completamente como si no existiera.
Carbonell estaba rojo de la furia, en menos de cinco minutos había sido relegado y pisoteado en su orgullo, con toda la dignidad que aún le quedaba se subió a su vehículo y se fue directo a la Jefatura de Policía, el Comisionado lo tendría que escuchar sí o sí.
Ada Scully ni se tomó el trabajo de mirarlo, pero internamente se sonreía maquiavélicamente, le había asestado un golpe bastante bajo a aquel engreído
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