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En 1994 llegó a las salas españolas ‘Brainscan’, que aquí se distribuyó con el título de ‘Juego Mortal’. Dirigida por John Flynn (‘Encerrado’, ‘Buscando justicia’) y protagonizada por Edward Furlong y Frank Langella, esta cinta se convirtió en un pequeño clásico de videoclub a mediados de los noventa. En ella el terror se mezclaba a partes iguales con lo fantástico y lo tecnológico en una trama muy teen que giraba alrededor de un misterioso videojuego.
La película arranca con una secuencia en la que Michael (Edward Furlong) está soñando con el accidente que tuvo de pequeño (una forma bastante eficaz de presentar al protagonista), que le causó una lesión en la rodilla por culpa de la cual tiene cojera. Las siguientes escenas nos sirven para conocer a nuestro protagonista: un adolescente cuya madre ha fallecido y cuyo padre siempre está ausente por razones de trabajo. Es aficionado a las películas de terror y los videojuegos, lo que lo convierte en un marginado en el instituto. En efecto, habría sido toda una blogstar en los 2000’s. Su mejor amigo está cortado por el mismo patrón, aunque es más dicharachero y un poco plasta. Además, se siente atraído por su vecina de la casa de al lado y compañera de instituto, a la que espía desde su cuarto utilizando una cámara de vídeo. Exacto, Michael también habría sido tuitero.
Ante la insistencia de su amigo, Michael adquiere un nuevo videojuego llamado ‘Brainscan’, que promete una experiencia como nunca antes había vivido el jugador. Recibe el primero de 4 discos y esa misma noche decide probarlo. Se trata de un juego experimental que se basa en la hipnosis mediante las luces que emite el monitor. De esta forma, Michael vive en primera persona el allanamiento de morada para asesinar a un hombre. Al terminar los 60 minutos que dura el primer disco, Michael despierta eufórico por lo vívido de su experiencia. Sin embargo, no tardará en descubrir que todo eso ha sucedido realmente. Es entonces cuando aparece (literalmente del ordenador de Michael) el personaje de Trickster (interpretado por el actor de doblaje T. Ryder Smith), un maestro de ceremonias con un look de viejo rockero, y que obligará a Michael a continuar jugando los tres discos restantes. La película adopta desde aquí el tono de un slasher al uso, en el que Michael deberá enfrentarse por un lado al Trickster, y por el otro escapar de las pesquisas del detective Hayden (Frank Langella).
‘Brainscan’ no nos cuenta nada que no hayamos visto otras veces los aficionados al género, de una forma más o menos convincente si entramos al trapo. Tenemos a un adolescente que aunque no es un loser dista mucho de ser la estrella del equipo de football, y a su correspondiente love interest. El hecho de que su protagonista siempre esté solo en casa podría interpretarse como una metáfora de la alienación del adolescente, aunque también es una forma de permitir que la trama pueda avanzar de forma más fluida y de ofrecer una situación casi utópica (la libertad absoluta sin padres que te controlen) al público objetivo. Pero por encima de todo la presencia que tienen en la película ordenadores y videojuegos. Muchos mitos de lo que podía ofrecer la informática se ven reflejados, como el software ‘Igor’, que permite marcar por teléfono obedeciendo las órdenes de Michael. Sin olvidar que los videojuegos ya venían en CD-ROM (por entonces, el último grito) y las fantasías relacionadas con la Realidad Virtual, que en esa época también explotaban películas como ‘El cortador de césped’ (1992) o su más mediocre secuela (1996).
Dado que el protagonista tiene que enfrentarse a dos adversarios (Trickster por un lado, y el detective Hayden por otro), la película resuelve los dos frentes abiertos de dos formas distintas. Ninguna nos pillará de sorpresa, a pesar de que se busca el golpe de efecto en ambas. Pero por lo general, y dentro de que se trata de un producto menor, es una película bastante divertida. Quizá le falte algo de ritmo en el segundo acto, y tiene que forzar el avance a través del personaje del Trickster. Eso sí, a los que crecieron jugando con el Spectrum en los ochenta y la Super Nintendo en los noventa les encantará el dormitorio de Michael. Que cómo no, está en la buhardilla de la casa.
Dirección: John Flynn
Guión: Brian Owens
País: USA
Duración: 96 min
Género: Terror, Slasher, Fantasía
Interpretación: Edward Furlong, Frank Langella, T. Ryder Smith, Amy Hargreaves, Jamie Marsh
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6/10