Reflejo de una luna plena

Ya sabes que me gusta la luna, como un buen gato que soy! Y hoy es llena! Para un gato la luna es importante, como nunca lo es el sol! Nos gusta el contraste entre la cálida noche oscura y la luna plateada y fría! Dos caras de una misma moneda! La realidad frente a la magia, la piel frente al Alma! Y estas noches de luna llena están hechas para que se encuentren ambas, piel y Alma… y nos permitan sentirnos plenos y radiantes! Sentir la suavidad de la piel y, a la vez, acariciarnos mutuamente el Alma!

No hay piel sin Alma, ni Alma sin piel! Dos Almas pueden sentirse para siempre próximas, cálidas, amorosas… pero, en un momento u otro, las pieles exijen una caricia, una mirada sincera, para convertirse en realidad! Y esa magia y realidad a la vez, solo es posible encontrarlas bajo una misma luna llena que ilumine nuestra noche y llene nuestro corazón! Si hoy cierro mis ojos, veo tu Alma plena y presente, si los abro, siento tu piel deseada y ausente! Si ahora cierro mis ojos no pasa el tiempo ni importa la distancia, si en cambio los abro, mis caricias se sienten vacías de caricias y mi mirada, vacía de miradas!

Quizás por eso la luna llena llega cada 28 días para recordarnos que no puede haber Alma sin piel, ni piel sin Alma, que eso duele en el corazón! El medio camino entre ambas -esa piel sin Alma o esa Alma sin piel,- nos hace sufrir, condenándonos a percibir el simple reflejo de la luna sobre cualquier mar plateado…

Quizás en nuestra propia historia hemos aprendido a mirar hacia abajo para ver ese reflejo, sin darnos cuenta de que mirando hacia el cielo podríamos haber visto siempre la inmensidad y magestuosidad de esa luna que ilumina la oscuridad de cada noche! Y hoy en mi vida ya siento la imperiosa necesidad de mirar hacia arriba, viéndote a ti en ella, elegante, discreta y silenciosa, como es hoy mi luna llena! Demasiados años he pasado mirando hacia abajo y viviendo un simple reflejo de lo que es ya hoy mi realidad!

Creo que ya he mirado suficientemente hacia abajo antes en mi vida, como para merecer hoy mirar la luna de frente y sorprenderme con su resplandor! Al fin y al cabo, un reflejo es siempre un reflejo, una mera ilusión, como un simple sueño! Y en la realidad simplemente está esa felicidad y ese amor de verdad, que siempre habíamos soñado… ambos! Porque los sueños son solo ilusiones efímeras que evocan un amor imaginario y una felicidad irreal, que solo cobran vida cuando se comparten en la realidad!

Pero, en esta luna llena de hoy -que desaparecerá del todo llegada la Navidad-, una vez más admiraré absorto el reflejo de la luna desde el mar sereno de mi Alma, donde tú ya estás! Y, desde ella, soñaré despierto de nuevo en ti y en la mágica luna llena, esa misma en la que, en algún día no lejano, quizás compartiré mi sueño y mi realidad, mi Alma y mi piel, junto a tí!

Y, como otras veces hice antes, mientras, esperaré lo necesario soñando a que lleguen otras tantas lunas reflejadas como esta de hoy, hasta que al fin tal vez en una de ellas pueda verte a ti y a tus niñas paseando bajo esa luna definitivamente plena… y entonces podamos compartir la paz, el amor y nuestra felicidad, aunque sea por un breve instante! Y ya jamás la luna volverá a ser un simple reflejo como hoy, sino que será una verdadera luna llena, alcanzable, radiante y mágica, como lo es el amor y la felicidad de verdad, en nuestra propia y cotidiana realidad! Al fin y al cabo, a la luna, a tí y a mí, nunca nos ha bastado ser un mero reflejo para poder brillar desde el Alma y la piel, cuando ya hay amor, de verdad… y para siempre!

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