Esta es la historia de un espejo: una idea genial para un espacio difícil.
Desde el confinamiento del año pasado supe que poder viajar de nuevo se haría rogar. Así que mientras me metía, manos a la obra, con la renovación de mi dormitorio se me ocurrió buscar algún artículo que evocara todo eso. Viajes, campiña, luz. Me puse a hojear revistas, muchos blogs y webs de decoración hasta que encontré lo que estaba necesitando. En este momento es lo máximo en decoración: el espejo-ventana.
Lo interesante del espejo era que fuera de unas dimensiones moderadas. Quería que además de reflejar la habitación y hacerla parecer másssssss grande, hiciera efecto cristalera y pareciera una puerta que se puede cruzar. De esta manea podría decorar ese espacio muerto al fondo de la habitación donde todas las demás ideas habían fracasado por falta de luz.
Así empezó mi aventura...
Agosto 2020
Solo había en todo Gran Canaria una tienda que tuviera el modelo de espejo que quería. Así que fui directa allí tan contenta. No lo tenían en la exposición de la tienda porque solo lo traen bajo pedido. Pues yo me pedí uno, con transporte a domicilio, y me desentendí por completo pensado que tardaría unas cuantas semanas y pronto lo tendría en casa. Ja...
Octubre 2020
Al volver de vacaciones aún no sabía nada del pedido, así que llamé a Atención al Cliente y un francés chapurreando español me dijo que el espejo "había salido del almacén" de Marsella pero en algún lugar se había perdido y no había conseguido llegar a la tienda de Las Palmas. Ni idea de cómo puede perderse un objeto que pesa más de 20 Kg y mide 165 cm de alto. Se ofrecieron a hacer devolución o enviar otro espejo. Y, por supuesto, lo volví a pedir.
Noviembre 2020
Me avisan de que llegó por fin el espejo 👏👏 El transportista me llamó un día para concretar la hora de entrega y le dije entonces que el día señalado estaría en casa hasta las 12:30h (porque a las 13h tenía que estar en mi trabajo) y él me dijo que "sólo podía entregarlo a partir de las 14h porque antes tenía que hacer reparto al Hospital Dr. Negrín". Le dije que no había problema, porque a partir de las 14h estaba mi novio en casa. ¡Genial!
El día señalado me llama exactamente a las 13h, justo cuando le había dicho que NO había nadie en casa. Le repetí la información que habíamos acordado pero se hizo el sueco, me dijo que ya ese día no podía hacer la entrega y que "ya me llamarían"... La verdad es que nadie me llamó. Pasó una semana y traté de contactar telefónicamente con la empresa pero nadie me contestó nunca.
Esta vez llamé a la tienda y ellos averiguaron por medio de la empresa de transportes que el espejo se había roto y lo habían devuelto. No me avisaron de nada. Yo al borde del colapso. ¿Qué hice? Pues hacer gala de mi paciencia y... ¡pedir otro! Así fue, hice el 3º encargo del mismo espejo pero esta vez pedí que me lo enviaran a la tienda. Quería verificar que llegaba intacto antes de pensar cómo podía llevármelo luego a casa. Ya me buscaría la vida.
Me dijeron que con la campaña de Navidad, tardaría... y que lo enviarían a partir de Enero.
Enero 2021
Sin ton ni son me llega un correo de la tienda con el siguiente mensaje: "La entrega estaba prevista a partir del 20/01/2021. Debido a un retraso de abastecimiento de estas referencias, sentimos no poder respetar esta fecha. En efecto estas referencias estarán disponibles en nuestro almacén a partir del 07/03/2021". Pues eso, 😭 que tenía que esperar a que me lo enviaran a partir de marzo... ¡¡marzo!!Febrero 2021
Ocurre un milagro. Me avisan por correo electrónico: ¡¡el espejo ya está aquí!! 😍 Ya puedo pasar a recogerlo. Pero, ¿cómo recojo un espejo de 26 Kg de peso? Se me ocurrió llamar a mi padre, que trabaja en una empresa de logística en Tenerife, y preguntarle si conocía a alguien de Las Palmas que me pudiera ayudar o que tuviera un camión grande. Me puso en contacto con un compañero que fue como un rayo a la tienda a echar un vistazo al espejo, quería saber las dimensiones para plantear cómo había que trasladarlo. La jefa de la tienda me llamó para avisarme de que estaba allí y le pedí que revisaran juntos el espejo. Si estaba intacto, nos lo llevaríamos otro día.
Yo estaba trabajando así que ya no supe más, hasta que el transportista me llamó y me dijo que no habían abierto la caja del espejo. Estaba preocupado porque lo tenían en su almacén con otras cajas encima. Yo pensé: "pues nada, este espejo estará para la porra también...". La jefa de la tienda se comprometió a abrirlo si el transportista iba con una segunda persona, para ayudarle con el traslado.
Quedé con él para ir a la tienda a retirarlo el sábado a primera hora. Así me vi, un sábado por la mañana, montada en un camión verde que traqueteaba despacito pero con buen ritmo. Llegamos a la tienda puntuales, a las 10 con la verja negra aún a medio subir. Según nos vieron, nos atendieron. Nos acompañaron al almacén, abrimos la caja y vimos que venía perfectamente embalado. No había daños. Entre el muchacho y yo cargamos, con mucho amor, con el bulto. Me subí a la plataforma del camión y lo colocamos muy suavemente en el suelo. No sé quién sudaba más, si él o yo.
Con mucha paciencia, de esa que tengo yo, llegamos a casa. Allí estaba esperándonos mi novio, saliente de guardia, listo para hacer lo suyo: ayudar a cargar con el capricho más grande de su mujer. Anda que él no tiene paciencia ni nada... Tuvieron que salvar un tramo de escaleras, un ascensor estrecho y luego un desembalaje cauteloso. Así fue cómo el espejo-ventana llegó a su sitio.
No suspiramos hasta el final. Como si al hacerlo se liberara la tensión de tantos meses. Fue la relajación tras pensar las mil y una maneras en que podía romperse. Pero no lo hizo. Ahora no puedo quitarle los ojos de encima. Me tiene enamorada. Disfruto cada día observando los contraluces que me deja ver y soñando con lo que queda oculto en su reflejo.
Gracias a los que lo hicieron posible en cada etapa.
Gracias a Maison du monde.