Reflejo desconocido,
Más bien inconsciente,
Cuya existencia desconocía,
Mi mente lo esconde,
El corazón lo guarda,
Mis instintos lo empujan,
Impulsos que lo alientan.
Reflejo sin espejo,
No concibe las enseñanzas de mi rumbo,
Los principios y prudencias paternos,
Valores y ética maternos,
Carece de razón,
No tienen importancia,
Su principal delito es el caso omiso.
Mi sutileza y prudencia,
Se ven rebasados,
Por personalidad infranqueable,
Producto de mis tormentas y tempestades,
Y su actitud avasallante,
Causa de mis sueños perdidos,
Y heridas que generó el mundo,
Sin solicitud de buena voluntad,
Pretende la posesión de tu integridad,
Consecuencia de tus besos y sus chantajes,
Tu mirada desafiante,
Poniendo a prueba mis bajos instintos,
Y mis sentimientos más profundos.
Mi reflejo sin espejo,
Que pretende salvajemente,
Recorrer los túneles de tu consciencia,
Explorar el lado más oscuro de tus sentidos,
Así también el desierto debajo de tus telas,
Besar como hierro fundido en fuego,
Esos tus cienes mojados,
Producto de las penas del pasado,
Anhelo de enrojecer tus mejillas,
El camino a tus montes más elevados,
Navegar por el mar de tus retinas,
Acariciar la seda de tus cabellos,
Manosear cada cavidad de tu testa,
Y continuar la travesía,
Ante el canto que representa,
De tu interior los suspiros,
Arqueando el largor de tus espinas más importantes,
Mientras da un saludo con sutileza,
Y a la vez con fuerza,
Las cimas de tus encantos,
Y una parada ante el recuerdo maternal de tu nacimiento,
Ilustrando el sendero,
Por los lienzos que el supremo te regaló,
Mientras que tus manos impotentes,
Sólo se resignan al tacto,
De los puntos más conmovidos por el acto,
Y así llegar a la gloria,
Exclamando entre subidas y bajadas,
Acelerando entre partidas y regresos,
En la total penumbra,
Mientras que se escucha el silencio,
En el interior de las cuatro paredes,
Que esta noche, conoció un habitante más,
Cuyo lugar no piensa abandonar.
Ese mi reflejo sin espejo,
Que utiliza mis deseos y anhelos,
Para la concreción de sus planes,
Ya no sé con certeza,
Si es propio de mis reflejos más profundos,
O es de ti completa invención,
Ya que eres culpable.
Te gusta jugar a no tener vergüenza,
A recordar a la caperucita y el lobo.
No preguntes qué hiciste,
Ya no comprendes el derecho,
Puedes guardar tu voluntad,
En donde no esté molestando,
Ya que no tiene cabida,
Ha sido expulsada.
Tu reflejo sin espejo,
Tú tan pura y transparente,
Y ella hecha fuego,
Tan bestial como mi lado del espejo,
Que te devora con simpleza,
Al mismo tiempo con fuerza,
Sin permiso, sin preguntar,
No digas nada,
Importancia no tiene,
Más interesan esas cavidades que ni al sol quieres mostrarle.
Dámelo todo, después de todo,
Todo lo tuyo es mío.
Haremos que cumplas tus anhelos más secretos,
Eso que nunca quisiste contarle a nadie,
Haré que juegues de nuevo a la casita,
Como cuando eras niña,
Será mi principal semilla,
Producto del juego de tus encantos,
De tu deleite y mis instintos más irreales,
Travesuras con lujuria,
La hora se congela, consentimiento vulnerable
Hazte responsable.
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