La primera instantánea fue disparada por Nick Ut y recoge la imagen de la niña huyendo despavorida, quemada por Napalm, durante el conflicto vietnamita.
La segunda nos muestra a Phan Thi Kim Phuc, la niña de la imagen anterior unos años más tarde, con las marcas indelebles de la guerra sobre su cuerpo.
Viajó a Estados Unidos, donde en 1.996, en una reunión de veteranos, perdonó públicamente a unos de los soldados responsables del ataque que le costó las secuelas perfectamente visibles.
La guerra, donde quiera que sea y por la causa que sea, sigue siendo, como decíamos ayer, el mayor de los sinsentidos.