Revista Espiritualidad

Reflexión de un día cualquiera en estar y ser

Por Estaryser @ESTARySERweb
Reflexión de un día cualquiera en estar y ser

Hoy a comentar y pasar un ratito con vosotras de verdad, hablando y compartiendo, los momentos de des-conexión de los de fuera y conexión interior.

Cuando se decide parar, aflojar el ritmo, al menos en mi caso, me a pasado otras veces, ya me diréis si a vosotras también, pues cuando decido parar todo se siente de otro modo, permitirme el poder no hacer nada, el estar en calma con las cosas básicas del día y sin estrés.

Esta semana quede con amigas, disfrute del buen tiempo, pase ratos con mi peque en el parque, estuvimos en familia y también me reserve momentos conmigo, para pintar, pasear, escuchar música y conectarme con mi interior.

Me permití llorar. Sin esperarlo durante los primeros días salió muchísima tristeza, que no era consciente que estaba conteniendo. Llevo muchos meses trabajando intensamente y de nuevo me he dado cuenta de que cuando estoy ocupada, no dejo espacio para simplemente sentir y permitirme ser vulnerable. Cuando sucede algo doloroso y sigo en la acción, ese dolor obviamente sigue presente en mi cuerpo, y es en los momentos de descanso consciente que aflora de nuevo, pidiendo mi atención y amor.

Durante estos días, me he permitido llorar pasar las navidades sin mi abuela, ha sido duro, me enfoque en mi niño, en la familia y en las cosas que teníamos que hacer y fue pasando el tiempo y esa emoción quedo ahí retenida. Y no sé si a ti también te pasa, pero a veces, cuando empiezo a llorar por algo en concreto sin contenerme, abriendo mi corazón a la tristeza, poco a poco emergen otros dolores que no había llorado plenamente, y parece que se abre un río infinito de lágrimas.

En algún momento me dije "no sé si voy a poder parar de llorar" y la voz de mi alma decía "no pares". En ese instante te das cuenta que es un placer poder seguir sintiendo sin tener que detener la tristeza o cambiar lo que sientes. Con este permiso completo, algo se suavizó en mí a otro nivel más profundo, sentir las cosas reales, ver los detalles, y sentir la inmensidad que me rodea, permitiéndome ser, liberando, conectando ...

Desde ese punto todo sucede más lento y más pleno, con mas amor y ternura, conectando con tu sabiduría interior. Y de pronto todo es posible, sintes paz, calma y felicidad.

Me comprometo a sentir cada emoción en el momento sin esperas, sin dejarlo para mañana, para poder ver la belleza de cada momento, comprender, sentir, fluir, aprender, soltar, transformar, ...

¿Y tu te apuntas a permitirte sentir en cada momento?

¿No te parece que una gran parte de la hiperactividad de nuestra sociedad tiene que ver con evitar el dolor y la tristeza que muchas veces solo surge cuando paramos y giramos nuestra mirada hacia dentro?

¿Has tenido alguna vez una experiencia parecida cuando has parado durante varios días?

Nos vemos en los comentarios

Pilar Ramirez

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