Reflexión en eta

La detención de la cúpula de ETA en Francia pone de manifiesto, una vez más, la eficacia policial en la lucha contra el terrorismo, el alcance y la trascendencia de la colaboración internacional, pero también, sin duda alguna, el sentido de la oportunidad política. No quiero realizar un juicio de valor previo, sin tener bases reales paras ello, pero creo sinceramente que una operación de esta naturaleza no es fruto de la casualidad, ni tampoco se improvisa de un día para otro. Más bien parece, o al menos así lo entiendo yo, que ha habido un interés obvio por acelerar este dispositivo, coincidiendo con la amenaza del Partido Popular de poner punto final a su apoyo a PPatxi si el Gobierno Zapatero no negaba públicamente la existencia de contactos con ETA.  Hoy las palabras de Dolores Cospedal y Antonio Basagoiti, pronunciadas esta misma semana,  han perdido todo su sentido, y el lehendakari puede respirar tranquilo.
 
En cualquier caso, y más allá de esta opinión personal, quiero aprovechar este post para pedir a ETA que asuma que su tiempo ha tocado a su fin. La izquierda abertzale apuesta mayoritariamente por las vías políticas y democráticas, la sociedad vasca exige la superación definitiva de la violencia, por y para siempre y sin condiciones, las personas presas reivindican su derecho a la esperanza en una libertad futura y los cuadros y comandos de la organización armada terminan siempre por ser detenidos, juzgados y encarcelados. ¿Qué sentido tiene prolongar esta espiral de dolor y sufrimiento? Ha llegado la hora de interiorizar el agotamiento de la violencia y emprender el camino sin retorno de la paz. Ojalá la operación desarrollada ayer en Francia fuerce una reflexión en ETA y sus dirigentes den un paso hacia adelante, respetando el debate y el sentir generalizado de la izquierda abertzale. En realidad, no tiene otra alternativa.