Es una gran herramienta para ayudarnos a crecer, subir de nivel en nuestra vida, aprender a conocerse más, además colabora en saber cuándo tenemos ciertos miedos y cuáles son las razones de ello, pero la sociedad en la que vivimos se niega y rechaza rotundamente que la utilicemos.
El sistema de sociedad que tenemos, busca permanentemente saturarnos de cosas, actividades y distracciones para no que no utilicemos esta herramienta, cada día, semana, mes, va sacando a la luz cualquier cosa que llame la atención para que nosotros y nuestro entorno no la utilice.
Imagino que ya estarás ansioso en saber de que herramienta mágica estoy hablando, pues debo decirte que la conoces y has sentido hablar de ella mucho pero lamentablemente la mayoría de las personas no le da la importancia y potencia que tiene, por eso no la suele utilizar.
Estoy hablando de la REFLEXION, SI, algo que parece muy fácil de hacer y ejecutar pero cada día se está convirtiendo en un tesoro limitado, difícil de encontrarle un tiempo durante el día a día para utilizarla por la mayoría de las personas.
Los parámetros del sistema actual en que vivimos no quiere ni por asomo y ni en broma a esta herramienta poderosa que tenemos todos, porque lo que busca como objetivo es tener una sociedad compuesta “por una manada de robots”, en la cual todos hagan lo mismo, reaccionen igual, deseen y se peleen por las mismas cosas, , es decir, se busca que estén distraídos y fundamentalmente que ¡no piensen!.
Reflexionar es una de las mejores cosas que podemos hacer, tampoco hace falta irse al Tíbet para practicar este ejercicio, es más simple de lo que parece pero al mismo tiempo es difícil darle un espacio para realizarlo constantemente y sinceramente.
En el último post, hacía referencia a la necesidad de crear hábitos para alcanzar objetivos, marcaba la importancia de detectar cuales eran necesarios, ejecutarlos con constancia y una vez ejecutados con frecuencia, la posibilidad de alcanzar los objetivos sería muy factible.
Con la REFLEXION pasa lo mismo, es una herramienta muy poderosa pero se necesita crear el hábito, como decía antes no hace falta ir a un lugar preciso para hacerlo, se puede hacer en tu casa o en cualquier sitio, solamente hace falta que quieras practicarlo.
Una de las claves necesarias para hacerlo es en primer lugar ser sincero contigo mismo, no debes mentirte ni auto engañarte, tampoco hace falta que seas muy duro contigo mismo, ante todo tolerancia, simplemente es darle nombre a ciertas cosas que te ocurren para que a partir de ahí puedas crear acciones que te permitan mejorar.
Crear el hábito de preguntarse e indagarse a uno mismo es muy enriquecedor porque te permitirá conocerte más, saber que recursos tienes, cosas que debes mejorar o potenciar, aprender a ver las cosas desde diferentes perspectivas para elegir la opción que más te convenga, ir definiendo tu Visión de Vida y además te permitirá evaluar que conexión tienes con tus Valores.
Para que te pongas en marcha con esta herramienta sin que te vayas al Tíbet a practicarla, te doy algún ejemplo. Puedes por la noche antes de irte a dormir o cuando lo veas oportuno, mejor sobre el final del día, hacerte tres preguntas:
“¿Qué he aprendido hoy?”, “¿En qué he estado bien?” y “¿Qué debo mejorar?”, apúntatelo en un cuaderno o libreta todos los días y lo puedes repasar todas la semanas para ir viendo avances.
Otra cosa que puedes hacer el domingo, es pensar en tres intenciones para la semana que comienza e ir viendo como evolucionan éstas a medida que pasan los días.
Si comienzas a incorporar el hábito de REFLEXIONAR a tu vida, ganarás mucho, entre muchas cosas, ir saliendo de la “manada de robots”.