Antonia Muñoz
En la proximidad del nacimiento de Jesús de Nazareth, queremos extender a todos los venezolanos un saludo cargado de fe, esperanza y amor. Como creyentes que somos, tengamos la certeza que más temprano que tarde se impondrá la verdad y la justicia, para que los venezolanos podamos vivir en paz y en armonía como hermanos que somos, a pesar de las diferencia naturales de pensamiento. Sin embargo, tardará la llegada de la tan ansiada y necesaria paz, si persistimos en la utilización de un lenguaje cargado con palabras de odio y de venganza.
Cada quien debe confesarse consigo mismo, y en el silencio de su ser interior, pedirle al Creador que perdone los errores que pudo haber cometido con nuestro país y el prójimo. El Padre nos perdonará para que nosotros perdonemos a quienes ponen sobre nuestros hombros cargas muy pesadas que nos agobian y que no merecemos.
También, pidamos al Padre ayuda para librarnos en paz de ésos que injustamente nos avasallan. Para ello es necesario que nuestro Dios ablande todos los corazones endurecidos, ilumine las mentes entenebrecidas y silencie las lenguas mentirosas y ofensivas que crean discordia y distanciamiento entre los venezolanos.
Entendemos la situación que atraviesa nuestra Patria, pero, es tiempo de reencontrarnos con nosotros mismos y con los demás ciudadanos, abrazando con sinceridad la tolerancia y el respeto al otro y a los principios y normas que permiten la convivencia pacífica de los miembros de cualquier sociedad, que siempre es diversa; diversidad que se visibiliza entre los miembros de una misma familia, que es su célula fundamental.
Así mismo, clamemos a Dios por los privados de libertad y por quienes deben administrar justicia, para que éstos últimos actúen apegados a derecho, apegados a la verdad, con ética y celeridad.
Finalmente, clamemos a Dios por los desamparados fuera de nuestro territorio y por la paz del mundo, que es el mismo para todos.
Feliz navidad y mejor año 2025