Revista Opinión

Reflexiones acerca del feminismo y otras «cositas»

Publicado el 03 febrero 2020 por Carlosgu82

REFLEXIONES SOBRE EL FEMINISMO Y OTRAS «COSITAS»

¡Misóginos!, ¡fascistas!, ¡negacionistas!, ¡neandertales!…todos estos calificativos, y muchos más, son los que la “progresía” de izquierdas ha dedicado a VOX, cuando este partido político ha opinado sobre la violencia en el ámbito familiar,  aunque hay que matizar que el de “fascista” es un clásico, pues ese calificativo no puede faltar cuando se le “calienta” la cabeza a un “progre” de izquierdas porque se le haya llevado la contraria.

El problema es muy fácil de entender, pues la “progresía” de izquierdas ha conseguido que se apruebe una Ley Integral de Violencia de Género, que ni es Ley, ni es integral. No es Ley porque vulnera el artículo 14 de la Constitución española que es un artículo fundamental, pues viene a proclamar uno de los principios más elementales de toda democracia como es el de la igualdad de derechos entre todos los ciudadanos, estableciendo una clara discriminación de los hombres en favor de las mujeres, reconociendo que el testimonio de estas en los juicios sobre maltrato es el válido y acabando, por tanto, con uno de los principios procesales más sagrados como es el de la presunción de inocencia; y toda Ley que vulnera la Constitución, que es la norma básica de todo nuestro ordenamiento jurídico a la que tienen que sujetarse el resto de las normas que lo componen, es una Ley inconstitucional y, por tanto, no es ley.

Por otra parte, tampoco esta Ley es integral, porque por “integral”, según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, se entiende a  “que comprende cada una de las partes que forman  un todo” y si algo caracteriza a esta Ley es de adolecer de integridad, puesto que se refiere a una forma de violencia muy específica como es la del hombre heterosexual hacia su pareja, mujer, también heterosexual. El “todo”, en este caso, sería la violencia en el ámbito familiar y una de las “partes” sería la violencia ejercida por el hombre heterosexual hacia su pareja, mujer, por tanto heterosexual también, y si se contempla solo esta forma de violencia, esa Ley no puede ser “integral”.

Esta es una de las “tácticas” propias de la izquierda: te pone un calificativo “bonito” para algo que es exactamente lo contrario y así convence a las mentes más simples. De esta forma llaman Ley INTEGRAL de Violencia de Género a lo que precisamente es lo opuesto a “integral”; de igual manera que llama “políticas de progreso” a lo que va a resultar lo opuesto al “progreso”, a lo que son políticas marxistas que tienen su origen, por tanto en el siglo XIX; le ponen el calificativo de “democrático” a lo que, en verdad, es totalitario y sectario.

Sin embargo, la ley de violencia doméstica que propone VOX cumple con el hecho de ser legal, puesto que no vulnera el principio de igualdad entre los sexos proclamado por nuestra Constitución, al no establecer discriminación alguna por razón de sexo y esta sí que sería una ley integral, por cuanto comprendería todos los supuestos en los que se produce violencia en el ámbito familiar, no dejando en la indefensión a ninguna víctima de esa violencia en el ámbito del hogar.

A mí me ha llamado la atención, y mucho, cuando surge este debate, lo furibundos que los “progres” de izquierda se ponen con todo aquel que, como los políticos y simpatizantes de VOX, no estamos de acuerdo con esta Ley; parece como si “les mentáramos a la madre”; como si incurriéramos en la mayor blasfemia en la que uno pueda haber incurrido. Pero esto obedece a consignas que les vienen dadas “desde arriba”, desde donde se adoctrina a “los de abajo” en que el feminismo es uno de los aspectos en los que no se puede ceder; el feminismo es una “trinchera” que no se le puede entregar al enemigo en la guerra ideológica; no se puede ceder un ápice en este terreno porque si quieres ser un digno representante de ideología de izquierdas tienes que ser feminista. Esta es la razón que “los de arriba”, en el lado de la izquierda, argumentan a “los de abajo” ,del mismo lado, para convencerlos de que tienen que sacar todo su “ardor guerrero” cuando salga a relucir este tema, pero la realidad es que hay motivaciones más profundas detrás de todo esto, motivaciones que no pueden ser conocidas por “los de abajo” porque en ese caso, los más inteligentes de entre estos, abandonarían el barco, espantados ante la maldad de esas motivaciones, a saber: confrontación entre hombres y mujeres, pues a la izquierda le vale todo tipo de confrontación, de conflicto; que se produzcan menos nacimientos entre los matrimonios de españoles de origen, pues así estará más justificado el traer inmigrantes…

Como todo en la izquierda, esto es un sinsentido, porque desde que en 1978 se aprobó la Constitución, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es un hecho y si se comete alguna injusticia por parte de alguien, si se produce alguna vulneración de ese derecho, lo único que tiene que hacer la agredida en sus derechos, o el colectivo de agredidas, es llevar ante la justicia al agresor invocando el artículo 14 de la Constitución. Pero es precisamente la izquierda la que mediante la Ley Integral de Violencia de Género torpedea este artículo dejándolo sin efecto, en clara violación de la Constitución al romper con dicho principio de igualdad.

El problema del feminismo es un problema creado artificialmente porque, como ya he dicho, desde que en 1978 se aprobó la Constitución española recogiendo la igualdad de derechos entre hombres y mujeres el problema de la desigualdad entre unos y otros ha desaparecido. Simple y sencillamente.

Luego saldrán los feministas con su estúpido argumento de las cifras que avalan sus tesis. La cifra de cuarenta y siete mujeres muertas a manos de sus parejas, hombres, a lo largo de 2019 es insignificante si la comparamos con el número de muertos en accidentes laborales, casi todos hombres, que en 2018 fueron 652; y más insignificante aún si lo comparamos con el número de enfermos con cáncer fallecidos cada año y, sin embargo, el dinero destinado por el Gobierno a combatir estos últimos es menor que el destinado a combatir aquellos.

Pues bien, ahora resulta que el Reino Unido de la Gran Bretaña van a aprobar, o ha aprobado, una Ley de Violencia Doméstica muy similar a la que propone VOX con la diferencia de que la Ley británica aboga por una mayor protección por los menores de edad, sin que establezca distinción alguna por razón del sexo. Luego, si los británicos no han realizado tal distinción por razón del sexo y eso que en Reino Unido hay más víctimas por violencia machista al año que en España, ¿por qué allí se ha podido debatir este tema con toda normalidad hasta llegar a un consenso mientras que aquí opinar distinto a como opina el consenso “progre” es el peor de los pecados?, es decir, ¿por qué si el país con una historia parlamentaria más antigua del mundo surge el mismo debate y allí nadie “se rasga las vestiduras”, aquí, en España sí, y tienes que plegarte a las ideas de la izquierda, en este aspecto, porque si no, prepárate para incurrir en su ira?  Pues por una razón muy simple: porque aquí a los que  dicen abanderar la bandera del feminismo, este, en realidad, les importa un soberano pito,  lo que hay detrás de todo esto es la guerra por monopolizar causas que se vean como “sociales” para que la gente relacione a ciertos partidos de ideología de izquierdas con la defensa de las “causas nobles” y luego está el tema, nada desdeñable de que esto del feminismo es la fuente de su sustento para mucha gente que vive de esas organizaciones feministas y un negocio redondo para los que lideran dichas organizaciones. Así pues, cuando veamos a algún/alguna feminista furibundo/a no pensemos que su furia se debe a que ve amenazados los derechos de las mujeres, se debe, más bien,  a que ve amenazado su modo de vida.

En Andalucía, por ejemplo, la principal organización feminista contaba con un presupuesto de algo más de 42 millones de euros anuales de los cuales solo 1,7 millones llegaban a sus supuestas beneficiarias que eran las mujeres maltratadas; todo lo demás se iba en sueldos, alquileres…esto es lo que le preocupan los derechos de las mujeres a los/las supuestos/as feministas; lo que en verdad les preocupan son los derechos de los amiguetes y personas afines siendo su fin último proporcionarles a estos una vida mejor con la disculpa de la defensa de los derechos de las mujeres.

La izquierda consciente de que conducirá al fracaso económico, y a la consiguiente pobreza, todo aquello en lo que “meta la zarpa” no le queda otra que conseguir que se la relacione con las “causas nobles” que se le relacione con los derechos de las personas, cosa que luego resulta ser de lo más falso, porque siempre busca perpetuarse en el poder a base de actos de fuerza y la aplicación de esta implica, necesariamente, la supresión de derechos. Por otra parte,  se ocupa de dar la imagen distorsionada de la derecha que a ella le conviene dar, puesto que en ello va su subsistencia y así cuando la derecha realiza una mejor gestión de los recursos en los lugares en los que gobierna y obtiene unos mejores resultados, la izquierda sale a torpedear dicha gestión o busca motivos para desmerecer los méritos contraídos por la derecha y ejemplos de ambas cosas los hemos tenido, en España, a lo largo de los últimos meses: después de veinticuatro años de desastrosa gestión socialista en Andalucía, valiéndose de que dos de los históricos líderes socialistas son andaluces (Felipe González y Alfonso Guerra), por fin los socialistas fueron desalojados del poder por una coalición de partidos de derecha (PP, Cs y VOX) en lo que la izquierda ha dado en llamar el “trifachito” y esta coalición de partidos ha comenzado a obtener buenos resultados en el plano económico como ha sido haber sido la segunda comunidad económica en creación de empleo; como ha sido el haber sido la comunidad autónoma que ha liderado la inversión extranjera; como ha sido el haber sido la segunda comunidad autónoma que ha experimentado el mayor crecimiento en el ámbito económico, pero, claro, eso no lo puede permitir el partido socialista, que de concretarse el éxito en la gestión del “trifachito” vería irremediablemente perdido un feudo que, tradicionalmente, siempre ha sido suyo y ¿qué es lo que ha hecho?, pues “poner palitos en las ruedas” para dificultar que se produzca la mejora económica que se estaba produciendo interviniendo la economía andaluza, en una especie de aplicación del artículo 155, pero lo más “gracioso” del caso es que el motivo por el que han llevado a la práctica esto ha sido por el incumplimiento de la regla de gasto durante la etapa en la que ellos gobernaron; es decir, que castigan al gobierno de la derecha por algo que hicieron. Es difícil imaginar un mayor ejercicio de cinismo.

Pero es que hay más, pues el Gobierno ha “congelado” un crédito de 320 millones de euros solicitado por la comunidad autónoma de Murcia aduciendo que  lo hace porque esta comunidad autónoma ha llevado a efecto una bajada de impuestos; o sea que si el PP quiere llevar a la práctica sus propuestas liberales  de rebajar los impuestos porque es lo que se aconseja hacer cuando se produce una ralentización de la economía, no puede hacerlo y tiene que adherirse a las “recetas” de la izquierda, de “meter la mano en el bolsillo” de los murcianos para hacerlos más pobres, en virtud de buscar esa igualdad que la izquierda dice buscar.

Y un ejemplo del segundo de los casos en los que la izquierda busca restar méritos a lo conseguido por la derecha, o buscar fallos, es lo que sucede en la comunidad de Madrid en la que como la izquierda no puede negar el hecho de que Madrid sea la comunidad autónoma más rica de España, gracias a que, tradicionalmente, ha sido un feudo del PP, liderando casi todos los índices económicos en nuestro país, pues la oposición sale con su eterno “discursito” de “que si el IBEX 35”, “de que si Madrid es la región más rica pero también en la que hay mayor desigualdad, pues si bien concentra algunas de las mayores fortunas de España no es menos cierto que hay muchas familias que viven en la pobreza”, “que si Florentino Pérez, Amancio Ortega…”, etc.

O sea, que tenemos dos buenos ejemplos de lo que supone la gestión de la izquierda y lo que supone la gestión de la derecha:

-Madrid, tradicional feudo del PP: comunidad autónoma más rica de España, que lidera la creación de empleo; que lidera la creación de empresas; que lidera la inversión extranjera…

-Andalucía, tradicional feudo del PSOE: comunidad autónoma que lidera la tasa de paro; comunidad autónoma con menor renta per cápita.

Un Gobierno al que en verdad le preocupa la gente sería un Gobierno que colaboraría con aquella comunidad autónoma que es capaz de generar riqueza porque eso es bueno para la gente, tratando de exportar a otros lugares aquellos aspectos que puedan ser exportables de esa exitosa gestión; un Gobierno al que la gente “le importa un comino” es un Gobierno que busca torpedear la gestión exitosa de los partidos de la oposición para tratar de tapar sus propias vergüenzas; para tratar de ocultar su ineptitud.

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