Revista Salud y Bienestar

Reflexiones: Comunicación I

Por Lolamontalvo
Estamos en verano. La mitad de la gente -y de los potenciales lectores de este blog- está de vacaciones o de brazos caídos por efecto del calor y por ello sigo con los temas «tranquilos»Creo que uno de los aspectos más importantes en todas las profesiones que tratan cualquier aspecto de salud es la comunicación. En esta entrada daré un repasito a «los males» en la comunicación por parte de los profesionales sanitarios. En el siguiente, afrontaré la cuestión desde el punto de vista de los pacientes y usuarios de los servicios de salud.Mucha gente se queja de lo enrevesado e ininteligible que resulta, para los profanos, la jerga que se utiliza en Medicina y Enfermería. Cierto. Se utilizan una serie de palabras enrevesadas y de significado desconocido para hablar sobre patologías, síntomas y diagnósticos... ¡y no hablemos de las modernas técnicas en diagnóstico y tratamiento! Se utiliza -y se abusa, en algunos casos- de un sinfín de siglas que a nosotros mismos, si no estamos muy habituados, nos llega a costar comprender. Creo que es lógico: todas las profesiones, todas las artes, todos los conocimientos tienen su propio vocabulario que puede resultar confuso para los que no están metidos en la materia. Entre nosotros hablamos y podemos soltar una enorme parrafada que, a quien no esté preparado, puede resultarle incomprensible por completo. Efectivamente.¿Pero qué pasa -se puede preguntar alguien- cuando los médicos, los enfermeros, los auxiliares... se dirigen al paciente, al usuario, que desconoce el significado de tal terminología? Es cierto, sí, que muchos sanitarios hablan sin preocuparse en traducir lo que quieren decir cuando hablan con un paciente. Un hombre sufría una enorme distensión abdominal y fuertes dolores cólicos. El médico, tras explorarle, le dice al paciente:- Usted tiene una constipación habitual, una impactación intestinal de materia fecal; para resolverlo le introduciremos una sonda hasta el colon ascendente e introduciremos un líquido salinojabonoso para facilitar su evacuación.- Y eso, ¿es grave?El médico se da la vuelta y se va sonriendo con autosuficiencia.El paciente se echa a llorar desconsolado por el temor que le provoca su mal.El enfermero se le acerca, le pone una mano tranquilizadora en el hombro y le dice:- ¡No, hombre, no tiene nada grave: sólo está estreñido!Al rato viene una auxiliar y le pone un enema. El hombre, tras hacer la correspondiente deposición, mejora su estado y se tranquiliza.¿Cuántas veces alguien conocido nos ha contado que ha ido al médico y que éste le ha dado una serie de explicaciones que no ha comprendido? - Usted tiene hiperglucemia... compatible con una diabetes.-¡Aaaah!-Le recetaré unos antidiabéticos orales y a ver cómo evoluciona...-¡Ummmm!- Media pastilla antes del desayuno...- Vaaaale.El paciente sale de la consulta. Si alguien le pregunta qué le pasa dirá: - No sé, pero tengo que tomarme esto: media pastilla antes del desayuno.Muchos pacientes crónicos, sobre todo ancianos, toman determinadas pastillas que no saben para qué sirven...Y eso sólo puede ser el resultado de una falta de explicaciones por nuestra parte como profesionales de la salud. No nos hacemos entender en numerosas ocasiones porque damos muchos conceptos por entendidos. Cuando no es así, en absoluto.Yo misma, en mis primeros años como enfermera, utilizaba términos para mí tan naturales como 'glucosa', 'enema', 'esputos', 'sonda'... A base de encontrar a personas que no sabían lo que significaban tales palabras las he debido sustituir por 'azúcar', 'lavativa', 'mocos' o 'tubo'. Decirle a una persona profana, tras tomarle la tensión, que tiene de 120/70 le deja frío, inmutable... a la espera del dato tensional. Pero si le digo que tiene 'doce-siete' la vida toma otro color.Esto es verídico:En uno de los hospitales que trabajé, el primer día que me tocó turno tras unos días de vacaciones, falleció un paciente. Habíamos estado dentro de la habitación durante un tiempo, intentando reanimarlo un par de médicos, dos enfermeros y un auxiliar. Pero no pudo ser. La auxiliar salió al pasillo. Por supuesto, los familiares, preocupados, se lanzaron hacia ella y le preguntaron. Ella respondió:-Ha sido un exitus(1)La familia grito aliviada... y preguntó:- ¿Está mejor?Yo creo que estas cosas pasan cada vez menos, en los hospitales, sí, pero sobre todo en atención primaria, porque el médico dedica más tiempo a sus pacientes que hace años y dan más explicaciones, en general. Eso sí, romperé una lanza en favor de la Enfermería y diré que tiene un enorme papel en Educación Sanitaria y en Educación para la Salud, papel que facilita el acercamiento a los ciudadanos de a pie de ciertas cuestiones técnicas, ciertas enfermedades y cientos de medidas preventivas. El acceso a Internet y las series televisivas de corte médico-científico que menudean por los medios despiertan en la gente la curiosidad por saber y el gusto por estas materias. Creo que gracias a esta moda, y la matraca que nos dan episodio tras episodio, pocos pueden dudar ya de lo que es una 'punción lumbar' o un 'TAC'... ¿o no?El nivel de conocimientos por parte de la gente de a pie, hoy día, es más elevado que cuando yo empecé hace años, pero aún así, muchas personas me siguen preguntando por una cuestión que les agobia: ¿qué es el colesterol bueno y qué es el colesterol malo?Por supuesto, todavía queda mucho por hacer. No se nos debe olvidar que debemos hacernos entender por nuestros pacientes y por los usuarios de la sanidad. Nuestra jerga científica, imprescindible a todas luces, la debemos reservar para utilizarla entre nosotros y en nuestros escritos.Y, por ahora, nada más.
(1) en Medicina se suele utilizar el término exitus perteneciente al latín exitus letalis, para indicar muerte
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