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El título de esta entrada puede parecer una perogrullada, ¿verdad? Pero no lo es, supone la máxima que caracteriza a uno de los males que nos afectan cada año cuando llega el invierno (aunque este año el invierno ha llegado con cierto retraso a nuestras latitudes): LA GRIPE.
¿Qué significa esta frase? Esta afirmación significa que la gripe no tiene un tratamiento que la cure; a los pacientes con gripe se les pone un tratamiento sintomático, es decir, que mitiga o aplaca sus molestos síntomas (fiebre, dolor intenso, tos...), pero son fármacos que no van a acortar el proceso ni a matar el microorganismo. Para acabar con el virus de la gripe, para luchar contra la enfermedad, debemos dejar a nuestras defensas que se las arreglen ellas solas. La gripe, en su fase más intensa y con los síntomas más llamativos y más molestos, dura una semana, más o menos... De ahí el dicho y el título de la entrada.A veces, sobre todo en pacientes ancianos, en crónicos o en personas afectadas por otra patología o proceso, la gripe se complica y pasa de ser una infección no muy grave a un proceso complicado, que en ciertos casos requiere el ingreso del paciente en un hospital y que puede ocasionar la muerte.
¿Cómo se previene?La mejor forma de prevenirla es mediante la vacunación anual; se debe adminsitrar todos los años porque este virus muta con mucha facilidad y la vacuna de un año no vale para el siguiente. Por ello, todos los años hay que elaborar una vacuna nueva en base a las cepas que se conoce están provocando gripe en los países del Hemisferio Sur (cuando en el Hemisferio Sur es invierno -y sufren gripe- en el Norte es verano). Dado el bajo riesgo relativo que esta infección supone para la población en general, se recomienda la vacunación preferente a los ancianos, pacientes crónicos o enfermos de cualquier proceso y personal de riesgo (sanitarios, policía, cuidadores...) La campaña de vacunación se inicia en España desde octubre hasta finales de noviembre, aproximadamente; tarda en hacer efecto unas dos-tres semanas, más o menos. Algunos autores recomiendan la revacunación en ciertos casos, aunque no se ha demostrado que esta medida sea más eficaz que administrar sólo una dosisEn la actualidad la campaña, por tanto, está cerrada, por ello, ¿cómo se puede evitar el contagio de los que están infectados o portan el virus? En general, unas medidas básicas de higiene son suficientes: lavado de manos correcto, cubrirse la boca y la nariz con pañuelos desechables cuando se tosa o estornude y tirar los pañuelos usados en un sitio adecuado, evitar un contacto muy directo con personas que ya la padecen...
Pero, cuando se cree que se padece gripe: ¿qué hacer? Con demasiada frecuencia se confunde la gripe con un catarro o resfriado común (ambos también de origen vírico). La diferencia es que la gripe deja postrado al que la sufre... el malestar general es tan intenso, que uno no se puede levantar de la cama, fiebre, fuertes dolores musculares; en algunos casos dificultad respiratoria. Un abanico de síntomas que hace inconfundible una gripe de lo que no lo es. El médico lo diagnostica precisamente por esta clínica tan característica. Para tratarlo: reposo, analgésicos-antipiréticos, muchos líquidos (sobre todo zumos naturales de vitamina C) y poco más.Ante todo: NO AUTOMEDICARSE Y NO TOMAR ANTIBIÓTICOS.El único que puede recetar los antibióticos será el médico y sólo ante la posibilidad de que la gripe se haya complicado. Por desgracia, aún sigo viendo en algún caso que se toman de forma indiscriminada, por lo general, mal recomendados.Y es este, el de los ANTIBIÓTICOS, un tema que no debe tomarse a la ligera.
¿Y la Gripe A? ¿Qué ha pasado con la Gripe A después de la histeria colectiva que se generó el año pasado con dicha pandemia? Pues después de la que se lió con esta nueva variedad de gripe, en España y en los países con sistemas sanitarios poderosos, la afectación a la población no supuso nada que no fuera similar a la gripe estacional. Las mayores tasas de prevalencia y de mortalidad asociada a esta gripe se dieron en países modestos o en vías de desarrollo, en los que la pobreza, la mala alimentación y las condiciones higiénicas pésimas contribuyeron a que las personas fueran más susceptibles a la infección y a sus complicaciones. Hoy día, la vacuna para la gripe estacional incluye la cepa de gripe A.
Esta es, a grandes rasgos, la gripe y lo que supone para nuestra salud en países como el nuestro. Si alguno piensa que la padece, debe acudir a su médico de cabecera. Él le explorará, valorará sus síntomas pondrá el tratamiento más adecuado. Y si el enfermo es personal sanitario DEBE QUEDARSE EN REPOSO Y EN CASA, SIEMPRE. Su gripe puede ser peligrosa para sus pacientes... Entiendo que con la situación que vivimos en que no se sustituyen bajas y no se renuevan contratos -los recortes en el sistema sanitario de algunas comunidades son atroces, brutales y groseros-, por lo que el temor por el puesto de trabajo obligue a más de uno a acudir a su puesto de trabajo aún estando enfermo; pero esto no debe suceder. Un profesional sanitario con gripe es una bomba de relojería para sus pacientes.
Y, por ahora, nada más.