Revista América Latina

Reflexiones ¿Conoces tu proyecto de país? (II )

Publicado el 18 noviembre 2019 por Jmartoranoster

Antonia Muñóz

El artículo 3 de la CRBV, en esencia establece que la EDUCACIÓN y el TRABAJO son los PROCESOS fundamentales para alcanzar LOS FINES del Estado, cuales son: 1. La defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad. 2. La construcción de una sociedad justa y amante de la paz. 3. La promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo. 4. La garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución. No nos cansaremos de insistir que para que los postulados de la CRBV se cumplan es condición indispensable que el Estado esté dispuesto a cumplirlos y hacerlos cumplir. Sin embargo, también es necesario que la población conozca dichos postulados para que los cumpla y exija al Estado su cumplimiento.
No disponemos de los indicadores actualizados y confiables en los diferentes niveles de Educación para emitir opiniones que tenga rigurosidad científica. Sin embargo, haremos juicios cualitativos basados en la experiencia y en las opiniones actuales de estudiantes y docentes; tanto por contacto directo como a través de los testimonios vertidos en los Medios de Comunicación. En aras de la verdad, lo primero que se debe resaltar es que nuestra educación sigue siendo gratuita desde el nivel maternal hasta el universitario. Sin embargo, para que sea totalmente gratuita, se debe revisar con mucha objetividad el grado de cobertura y de calidad nutricional de los programas de alimentación. La gratuidad también debe incluir el transporte escolar, el cual puede ser financiado en un país con tantas riquezas como Venezuela.
Sugerimos más equilibrio entre INSTRUCCIÓN y FORMACIÓN, para ofrecer una verdadera educación liberadora; y así esperar como producto, venezolanos críticos, amantes de la VERDAD y de la JUSTICIA, respetuosos y tolerantes de las diferencias propias entre los humanos. Dicho con palabras de nuestro Libertador: “La enseñanza de las buenas costumbres o hábitos sociales es tan esencial como la instrucción”. También sugerimos más discusión y menos memorización. Menos trabajo “corte y pegue” y más “aprender haciendo”. La permisividad extrema en las evaluaciones para promover de un grado a otro, afecta negativamente la instrucción y refuerza el facilismo que tanto daño le hace a Venezuela. Por otra parte, hay que atender con más diligencia el mantenimiento preventivo y correctivo de las edificaciones escolares. Persisten las quejas en relación a la deficiente dotación de las instituciones escolares, hasta en insumos tan básicos como materiales de limpieza, papelería y pupitres. Es justo y necesario asignar un salario digno a los educadores e invertir en su formación. Los docentes han sido y serán actores fundamentales en el DESARROLLO de cualquier país, porque su función es nada más y nada menos que la formación de sus ciudadanos. No en balde Bolívar expresó que “Las naciones marchan hacia el término de su grandeza, con el mismo paso que avanza su educación”.
En la carta del Apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2: 6-11) se instituye el deber de trabajar. La CRBV en su artículo 87 señala que “Toda persona tiene DERECHO al trabajo y el DEBER de trabajar. Nos gustaría que alguien nos informara sobre algún país que antes o ahora haya florecido o que se haya desarrollado armoniosamente sin tener como punta de lanza la educación y el trabajo. Advertimos que aniquilar y saquear pueblos cercanos o allende los mares para enriquecerse y hacer florecer sus sociedades no puede ser considerado como válido. Con base a lo anterior, consideramos pernicioso para una sociedad “regalar el pescado sin enseñar a pescar”.
Entendemos Programas Sociales como Madres del Barrio y otros similares que se concibieron para regalar el pescado mientras se enseñaba a pescar, o programas de financiamiento a comunidades pobres organizadas o miembros de ellas con el objeto de emprender la rehabilitación o construcción de servicios básicos o para generar bienes de consumo para su propia comunidad u otras aledañas. Sin embargo, por amor a Dios, a la Patria y al proyecto Bolivariano, exhortamos a no establecer de forma permanente programas sociales, cuyo único objetivo sea adjudicar dinero sin que medie algún esfuerzo o trabajo por parte de quienes lo reciben. En nuestra opinión, estos Programas asistencialistas se justifican en el caso de personas mayores o con condición de discapacidad física y mental que le impida cualquier tipo de trabajo.
Sería más revolucionario si ese dinero se utiliza para incentivar la producción de bienes para el auto consumo familiar o comunitario. También daría mejores frutos revolucionarios si se usa para el financiamiento y acompañamiento técnico de la producción de alimentos, tanto a pequeña como a mediana escala. Otro servicio para invertir juiciosamente el dinero de todos es en los comedores escolares y ojalá algún día en rutas de transporte escolar. Igualmente, ese dinero ayudaría en los ambulatorios y hospitales donde escasea casi todo tipo de medicamento o material médico quirúrgico de uso diario. Estamos obligados a oírnos porque el país nos pertenece a todos.

Antonia Muñóz

 @lanegraantonia

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