Tal vez sea por las altas horas de la noche, o tal vez sea porque llevo más de cinco horas leyendo sin parar sobre el tema. Sea como sea tenía ganas de compartir mis impresiones sobre uno de los personajes centrales de la mitología maya como puede ser Ixbalanqué, uno de los dos gemelos míticos, hermano gemelo de Hunahpú.
Ya he hablado por aquí de estos personajes, e incluso he compartido fragmentos del Popol Vuh en donde ellos son los protagonistas, por lo tanto, cualquiera que los haya leído entenderá de lo que hablo.
En la mitología maya Hun Ahaw (nombre empleado durante el Período Clásico para Hunahpú) y Yax Bahlam (Ixbalanqué en el Período Clásico) deben ocupar su lugar correspondiente en el universo tras la muerte de Vucub Caquix, sol de los “hombres de palo”; cuando digo “ocupar su lugar correspondiente” me refiero a “usurpar” la identidad de éste ya que se dan dos factores que impiden a los dioses la creación de la humanidad verdadera, basada en el maíz: por un lado la propia pervivencia del sol de la creación anterior, que se niega a abandonar su condición y, por otro lado, la inexistencia de un nuevo sol para la nueva creación.
Con la muerte de Vucub Caquix y sus hijos, así como la posterior (¿o quizá anterior?, ya hemos mencionado la problemática de la atemporalidad en la mitología maya) derrota de los Señores del Xib’alb’a los gemelos divinos podrán asumir su nuevo rol: sol y luna. O por lo menos esa es la interpretación tradicional.
Yax Bahlam se puede leer como “Jaguar Brillante”, “Jaguar Verde” o como “Gran Jaguar”, aunque la interpretación que se le ha dado es la de “Sol del Inframundo”, curioso apelativo para tratarse de la luna ¿no os parece? y más si partimos de la base de que ya tenemos una diosa de la luna no sólo para el Período Posclásico, sino también para el Clásico (la diosa Ix chel).
Pensando en todo ello surge en mi cabeza una idea que no pongo en duda que pueda ser completamente errónea, pero incita a pensar ¿Es Yax Bahlam verdaderamente un cuerpo celestial único del inframundo?
Tal vez Hunahpú sea el Sol a lo largo de los trece planos que conforman nuestro cielo e Ixbalanqué sea el Sol a lo largo de los nueve planos que conformarían el inframundo, algo así como si el propio cuerpo celeste estuviese representado por ambas figuras, incapaces de manifestarse la una en el plano de la otra.
Por otro lado, quizá ambos hermanos (y por lo tanto sus manifestaciones celestes) sean una copia, un reflejo exacto el uno del otro, algo así como si de un espejo que diferenciase el mundo terrenal (en el que habita Hun Ahaw, el sol de nuestro plano) del Xib’alb’a (en el que habita Yax Bahlam, el sol del inframundo) se tratara. En ese caso, la verdadera naturaleza de Yax Bahlam no sería la de un cuerpo celeste en este plano del cosmos si no un reflejo de un cuerpo celeste de este plano del cosmos en el inframundo (¿o sería al contrario y sería su hermano una copia de él?).
O tal vez la idea sea errónea y, por lo tanto, la reflexión también.