Revista Cultura y Ocio

Reflexiones gatunas de una noche panza arriba

Publicado el 02 abril 2013 por Alberto CaÑas @albertocmolina

REFLEXIONES GATUNAS DE UNA NOCHE PANZA ARRIBA

tracycorrecaminos.blogspot.com

46 noches después... quizás 45, que las cuentas y los cuentos nunca han sido lo mío. Tal y como twitteé en su momento, a menos de un mes de cumplir una primavera —y un #diadelrockenlaradio— más ando experimentando una sensación extraña. Tampoco sé cómo explicártelo, pero tengo la sensación de haber alcanzado un tope: el punto de ni siquiera tener ganas de lanzar indirectas. 
Veamos, tal vez alguna se me pueda escapar vía Twitter porque uno es humano y la tentación está ahí a golpe de ratón o de pajarillo azul, pero te doy mi palabra de que estoy como desganado. Tengo la sensación de haber perdido esa fuente de inspiración/materia prima con la que también redacté a deshoras aquellos posts tan largos, largos y largos... ¿madurez, pasotismo o conformismo? 
De veras que no lo sé y por ello me siento algo absurdo. Lo último que pretendo es volver a enrollarme de esa manera, no te preocupes, pero quizás se deba un poco a todo... o a nada, simple desgaste. He vivido poco, me queda mucho, muchísimo por aprender, pero últimamente me he repetido demasiado. Y el problema de repetirse es hacerlo además ante una pared que siempre te responde lo mismo. ¿Acaso alguna vez te has abierto emocionalmente ante una pared?
A lo largo de estas primaveras me he enfadado con unas cuantas personas por X motivos —que no por motivos X—, aunque nunca antes he estado tan disgustado con nadie como conmigo. No se puede obligar a nadie a que te aprecie, respete, cuide, quiera... En serio, aquí no hay calculadora que valga. Una relación de amistad o sentimental plena es cosa de dos y su éxito no debe depender exclusivamente de ti. Como diría el futbolista, "esto no es Disney", y la felicidad de uno o de una no pasa por exigirse y dar el 110%, ni de estar pendiente, preocuparse y tirar de esa otra persona o pared día sí día también.
Pues bien, me sé de uno que ha perdido demasiado tiempo y ha invertido aún más energía en personas que nunca le han engañado, al revés, siempre le han demostrado que no lo merecían, claro, aunque él se empeñara en lo contrario. ¿Y ahora qué? Solía culpar a todo el mundo menos a mí, a pesar de que el primer y mayor culpable he sido yo. De hecho estas líneas son una promesa de que eso se acabó por mi propio bien, llámame egoísta o rebelde —ya sabes, hashtag #LlamadmeRebelde—. Reza el refrán "a enemigo que huye, puente de plata" y ahí lo dejo porque se hace tarde y tampoco sé muy bien cómo poner el punto final a estas incoherencias, perdón, reflexiones nocturnas de un gato panza arriba... ¿o no era así?

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revista