La liga terminó, y el barça, el equipo que mejor fútbol practica en el mundo ( y como era presumible), se llevó el título.
La ecología no está reñida con el balompié y el corazón de Cooliflower estaba dividido… bueno, mejor digamos que todo el equipo apostaba por los blaugranas salvo una pequeña fracción, la del irreductible cooliflowerense que escribe estas líneas, que rezaba a san Zidane cada noche manteniendo la esperanza de que se produjera una injusticia deportiva y el campeonato se festejara en Chamartín. Al final, al César lo que es del César, el Barça se llevó el gato al agua y las mocitas madrileñas (alegres y risueñas) se quedaron compuestas y sin novio, digo sin liga. Los mocitos, incluidos los mocitos viejunos de mi estirpe merengona, tanto de lo mismo.
Supongo, reflexionando sobre este deporte, si es que se puede llamar deporte a este dantesco espectáculo de marketing y fiesta (pimpám, pimpám), que lo que más nos ha afectado a los madridistas no ha sido tanto la pérdida de la liga como la comparación con el modelo barcelonista: cantera por talonario, patrocinador solidario por casa de apuestas, continuidad por improvisación… y ahora, nos vienen estos del Barça con camiseta reciclada para la próxima temporada -Vaya, empiezo a odiarlos de verdad-. Nike vestirá al equipo de Guardiola (Pep, entrenador & productor de vídeos educacionales) con una equipación fabricada por completo en poliester procedente de botellas recicladas. Quizá el envase que tienes encima del escritorio termine siendo parte de la fibra de la camiseta de Messi -no sabemos si esto es emocionante o simplemente friqui-. La equipación, cuentan los de Nike, absorbe el sudor, así que Ibrahimovic tendrá excusa para hacerse el sueco al cuadrado cuando le pidan sudar la camiseta (“yo lo intento, mister, pero la tecnología me anula”).
Sólo resta felicitar al Barça por ser tan buenos, ganar la liga, ser tan majos y tan ecológicos… A los madridistas, nos queda el consuelo de haber batido records que no han servido para nada y sobre todo (¡ajajá!) nos reconforta saber que, por mucho que se bese el escudo y por muy bueno que sea, Iniesta siempre será blanco (tirando a translúcido).
De propina: Lo mejor de la liga (pimpám), las parodias de Crackovia.
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