Reflexiones post electorales: ¿cuánto ha influido el 15M?

Como predecían todos los oráculos, España ha hablado y el PP ha ganado las elecciones. Esto debe de ser así, ya que ha obtenido más votos, más concejales y más diputados autonómicos que el PSOE, el enemigo a batir. Pues todos contentos, ¿no?
Sin embargo, me gustaría ir un poco más allá, y comparar algunos números con los obtenidos en las anteriores elecciones municipales de 2007...

1. La participación ha sido claramente más alta este año: un 3% más o, para entenderlo mejor, unos 730.000 votos más.
2. La suma de votos en blanco y nulos ha subido notablemente: casi 285.000 votos más entre estas dos opciones respecto al 2007. Conjuntamente, suman más de un 4% de los votos emitidos (casi 1 millón de votos; la cuarta opción más votada).
3. La suma de votos del PP y el PSOE se ha reducido espectacularmente: más de 925.000 votos menos entre los dos partidos mayoritarios.

De estos pocos, pero elegidos, números, creo que podemos cifrar la indignación popular en algo más de 2 millones y medio de votos que han huido de PPSOE, entre los nuevos que no han ganado, los nulos / blancos y los que han perdido. Y se trata de datos objetivos, sin ponderar con el sistema electoral; se trata de una cuenta de ciudadanos, no de concejales o diputados.

Así y todo, en los medios de comunicación seguiremos viendo imágenes de un Zapatero cariacontecido y la calle Génova llena de pijos con banderas azules y blancas. Seguiremos pensando que el PP ha ganado las elecciones y que ellos representan el cambio en este país.
Pero el hecho es que ayer dos millones y medio de votantes castigaron (castigamos) a esos dos partidos y les dijimos que no nos representan, que no nos gustan ni sus propuestas ni su forma de entender esta sociedad. No aceptamos que este país lo dirijan personas que no se presentan a unas elecciones, que no dan la cara.
Entre todos tenemos que encontrar la forma de que este movimiento social, apenas esbozado en plazas de todo el país en las últimas semanas, cristalice y se convierta en una fuerza unificada que proponga un cambio real. Debemos centrarnos en las ideas que nos unen y entrar en el sistema para cambiarlo desde dentro, porque será la única forma de conseguir algo; pasar de la protesta a la propuesta.
Porque somos muchos quienes pensamos que otra forma de democracia es posible.
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