- Las sucesivas reformas laborales llevadas a cabo por el Partido Socialista y el Partido Popular han creado un mercado de trabajo(nunca mejor dicho: mercado) donde el empresario tiene todo el poder frente al trabajador que tiene la mayoría pero no pinta nada en la empresa. De tal manera, que las decisiones en la empresa cada vez se van a convertir más en medidas que mejoren sus expectativas sin tener en cuenta las circunstancias de los trabajadores y de las trabajadoras. No se garantiza que las personas tengan prioridad por poder tener una vida saludable, se garantiza que se incrementen los beneficios sin que estos vayan a repartirse.
- Movilidad, flexibilidad, competitividad, seguridad forman parte de un vocabulario que no tiene en cuenta las circunstancias que quienes vivimos de un salario tenemos que soportar. Sería beneficiosas para la empresa pero perjudican gravemente a la clase trabajadora que tiene que ver frustrados sus proyectos de vida, que tiene que sacrificar lo laboral frente a lo personal o lo familiar, dificultando cada vez más la normalización de la vida del trabajador en aras a una crisis de la que nos quieren hacer responsables.
- Los piquetes informativos son figuras necesarias ante estas circunstancias de precariedad laboral en las que nos ha tocado vivir donde el empresario tiene poderes omnívoros para depredar a sus empleados para conseguir los beneficios deseado. Criminalizar a los piquetes da una imagen que no es la real, cualquiera que haya estado en los piquetes puede apreciar que las provocaciones generalmente vienen de la parte empresarial o de esquiroles que justifican su trabajo criticando a quienes ejercemos nuestro derecho constitucional a la huelga. Prueba del intento de criminalización ha sido que la valoración se hiciera desde el Ministerio del Interior y de la baja intensidad que se ha intentado dar a la protesta es que fuera una dirección General la que saliera a la palestra.
- El resultado de la violencia de los piquetes ha sido una piquete informativa herida por arma blanca en un hotel de Torrelavega, un hombre que entró en la sede de CCOO León provisto de un hacha y una katana, la tensión que hubo en las puertas del Ayuntamiento de Albacete por el Pleno donde se aprobaba el plan de recortes se saldó con manifestantes agredidos por querer acceder al pleno donde se decidía el cierre de determinadas empresas públicas. Al margen de incidentes aislados, que no tienen que ver con los piquetes informativos sino con el creciente malestar de la ciudadanía que siente esta democracia como un fraude a la mayoría de la población y con grupos violentos organizados que lo mismo les da una Huelga General que un mundial de fútbol, que además hacen el juego a la derecha y deslegitiman la inmensa mayoría que protesta pacíficamente contra la Reforma laboral.
- Si el pp cree que va a poder haciendo recortes sin que se incremente el descontento y la movilización social, aumentando el desempleo, indultando a los responsables de la crisis que vivimos y que la gente se va a quedar callada en sus casas viendo como desmontan un estado del bienestar que tanto costó a la izquierda construir por medio de reivindicaciones, manifestaciones y huelgas, está muy equivocado.
- Si que hubo desde mi punto de vista un exceso de presencia policial, un despliegue y unas órdenes que intentaban conseguir criminalizar a los piquetes: unidades antidisturbios preparadas para atacar al enemigo ese del que hablan los mandos policiales de Valencia, grabaciones de la policía nacional para sacar imágenes de violencia que se hubiesen distribuido ampliamente caso de haber sucedido. En realidad, el Estado pone al servicio de las empresas a los agentes de orden público que reciben la orden de priorizar el derecho al trabajo sobre el derecho de huelga. El partido popular defiende a sus amigos con los medios públicos, como hizo con su vídeo electoral a favor de una reforma laboral injusta, innecesaria e ineficaz.
No resultó el intento de seguir criminalizando a los sindicatos, con una ciudadanía movilizada en contra de unas medidas regresivas que nos quieren quitar derechos sociales y laborales conquistados históricamente. Y no se puede decir que el Partido Popular esté legitimado por la mayoría absoluta de las elecciones generales de noviembre porque las medidas políticas que está tomando no solo no estaban en su programa electoral sino que se manifestaban en contra cuando el PSOE las tomaba en esa línea. Muy clarificador es el artículo de Vicenç Navarro sobre la valoración de la huelga y la criminalización de las manifestaciones por parte de los medios de comunicación.